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Destinos divididos, segunda parte de Las marcas de la muerte de Verónica Roth; aunque al parecer es una Bilogía y cierra con éste libro, no se me haría nada raro que con el tiempo publicaran un tercero. En mi publicación sobre el libro anterior, dije que los protagonistas no lograron llegarme tanto como los de Divergente; pues me alegra reconocer que me equivoqué, lo que pasa es que son tan diferentes que me tenían algo desconcertada, pero tienen una belleza y una carga emocional que conmueve. Sus destinos no son algo fácil a lo que deben enfrentarse, por el contrario; parecen maldiciones que los obliga al sacrificio. Y las creencias que les han inculcado desde pequeños, hace que tomen decisiones sin importar el bienestar propio. Pero ahora no solo se enfrentan a sus destinos, también tendrán que hacerlo con un enemigo en común, uno tan poderoso que ni la misma muerte lo ha mantenido lejos de la guerra; su sed de sangre es tan fuerte que no le importa cuantos mueran, por alcanzar lo que desea. Y no será el único, la Canciller Isae Benesit también tiene sed... Pero de venganza. Sin duda, después del precedente de Divergente, tenía miedo por el futuro de los protagonistas, con Verónica ésta claro que cualquiera puede morir, sin importar su papel en la trama; pero me alegra decir que no pudo tener mejor final. Fue fascinante y emocionante. |
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