Joseph Roth ejerce de narrador de los hechos que un supuesto teniente austríaco amigo suyo, Franz Tunda, le refiere. El teniente atravesará una serie de vicisitudes que comienzan con su participación en la Primera Guerra Mundial. Roth escribe el libro a raíz de su viaje a Rusia en su trabajo como corresponsal en 1926. Lo que nos cuenta en él tiene que mucho que ver con su biografía. Él en los cafés relataba su vida, bajo una capa ficcional añadiendo diferentes variantes cada vez. Así contaba que había participado en la Primera Guerra Mundial sirviendo en el ejército Austro Húngaro. Es cierto, participó y seguramente como el protagonista de esta novela, le hubiera gustado ser teniente y estar en el frente, pero todo parece indicar, por su débil complexión, que su servicio tuvo lugar en una oficina. Tunda, el protagonista, acaba en un campo ruso de prisioneros en 1916. Logrará escapar y bajo un documento falso comenzará una vida errante, abrazando el budismo y el bolchevismo. Tunda no se involucra en estos movimientos, parece como dejarse llevar por los acontecimientos. Roth, en mayor grado que su teniente, mantuvo una primera etapa de su vida, interesado en los movimientos revolucionarios, para progresivamente ir apartándose desilusionado, donde su viaje a Rusia tuvo mucho que ver en esa decepción. Después de la Gran Guerra, la monarquía austrohúngara desaparece. Este es un hecho crucial que cambiará la vida de Joseph por completo. Como Tunda, perderá su patria, errando por diversos destinos. Nos lo explica el narrador Roth en el libro en relación al teniente: "La monarquía austrohúngara se había desintegrado. Ya no tenía patria. Su padre había muerto siendo coronel; también su madre había muerto hacía tiempo." El teniente, como muchos soldados de aquel ejército imperial al terminar la guerra, no solo quedaron despojados de su patria, también sin apenas posibilidades de trabajo en una época precaria: "Ahora, en cambio, Franz Tunda era un joven anónimo, sin importancia, sin título, sin dinero y sin profesión, apátrida y sin ningún derecho." Roth, en ese sentido había vuelto de la guerra, pero su capacidad periodística le permitió seguir trabajando. Eso no impide que deje constancia en el libro por medio del protagonista, de las dificultades que tuvieron que atravesar muchos soldados terminada la contienda. El protagonista dejó una novia en Viena, que ante la espera se casó con otro hombre, pero él seguirá con la mente puesta en ella. Irá pasando de una mujer a otra sin encontrar la mujer que verdaderamente anhela, quizás por la idealización que mantiene de su novia y de algunas mujeres que transitarán por su vida. Roth específica ese sentimiento con sutilidad: "Las mujeres con quienes nos encontramos excitan más nuestra fantasía que nuestro corazón. Amamos el mundo que ellas representan, y el destino que significan para nosotros." Joseph, se casó con Friederike Reichler (Friedl), en 1922. Debido a su trabajo constante como corresponsal y escritor, descuidó en gran parte a su mujer, que cada vez se sentía más sola. Esta situación empeoró cuando en 1928 se le diagnosticó esquizofrenia, teniendo que ser internada en un Sanatorio Mental. Desde ese momento invadirá a Roth un sentimiento de culpa (por no haber estado más cerca de su mujer), del que no podrá despojarse en lo sucesivo. Quizás la frecuentación de mujeres (como ocurre con su teniente), en su etapa parisina, también influyera en ese remordimiento. Similar itinerario que Roth, seguirá su teniente. de ciudades rusas a Viena, ciudades alemanas y, por último Francia, con destino en París: "Le parecía que era en París donde estaba su sitio, y su decadencia. Vivía del olor de la putrefacción y se alimentaba del lodo, respiraba el polvo de las casas en ruinas y escuchaba con fascinación el canto de los gusanos en la madera." Prevalece en el libro la descomposición de Europa, y como consecuencia, la pérdida de identidad. Anticipa Roth, el futuro próximo que amenazaba a Europa con la llegada de los movimientos intolerantes, culminando en el nazismo. Ante todo ello, el libro, como bien indica su título, es una fuga sin fin, sin sosiego, tanto del teniente Tunda, como del propio Roth. Editorial: Acantilado, Edición 2017 Colección: Narrativa del Acantilado Traducción: Juan Luis Vermal Beretta Enlace: https://queridobartleby.es/j.. + Leer más |
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En septiembre de 2022, el gobierno nicaragüense de Daniel Ortega decretó una orden de captura sobre Sergio Ramírez. El escritor, ensayista, periodista, Premio Cervantes 1997 y Alfaguara 1998, miembro de la Revolución Sandinista y exvicepresidente del propio Ortega recibió un respaldo internacional tan unánime como contundente. Sin embargo, la situación se agravó cuando, en febrero de 2023, el ejecutivo de Ortega decidió retirarle la nacionalidad a él y a otros 93 opositores. Exiliado ahora en España, Ramírez aprovechó su presencia en el IX Congreso Internacional de la Lengua Española, celebrado en Cádiz a finales de marzo, para leer este discurso en el que homenajea a los escritores sometidos por las tiranías. Por el texto, el cual está dedicado a la memoria de Jorge Edwards, quien falleció apenas unos días antes del acto, asoman varios de esos autores cuya patria late en lo profundo del corazón y se refleja en la palabra y en la lengua, la cual no entiende de exilios, cárceles o destierros: desde Ovidio hasta Cervantes pasando por Joseph Roth, Stefan Zweig, Czesaw Miosz, Joseph Brodsky, Juan Gelman y Luis Cernuda.
Narrado por Antonio Martínez AsensioImagen ilustrativa: Imagen tomada en junio de 1980, en un momento de cambios profundos en Nicaragua: tras el triunfo de la Revolución Sandinista el 19 de julio de 1979 se creó la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, la cual fue presidida por Daniel Ortega, con Sergio Ramírez como vicepresidente. Esta fotografía registra una iniciativa pública para eliminar el analfabetismo en San Rafael, donde una niña de 12 años enseña a leer y escribir a otros niños y adolescentes frente a la casa de un campesino. Crédito: Getty Images.