Divergente

Divergente es otra novela juvenil que plantea un futuro diferente donde la sociedad ha intentado aprender de los errores y crecer con una nueva estructura política e ideológica. El Chicago de Roth se divide en cinco facciones, donde cada una cultiva una cualidad y, con la combinación de todas, se crea una sociedad aparentemente perfecta. La protagonista, al entrar en la iniciación para formar parte de una de ellas, se dará cuenta de los tejemanejes que llevan a cabo los líderes de las facciones y decidirá si alzarse o seguir sumisa.

Roth plantea pues un mundo bastante bien logrado para ser una autora novel, donde hay que prestar atención constante para entender la perspectiva de los personajes y sus ideas, si bien posee una pluma un tanto perezosa que se encalla en algunos pasajes. En esta primera entrega encontramos ante todo una presentación profunda del grupo protagonista, unas pinceladas sobre su pasado y sus proyectos de cara al futuro, con el proceso de iniciación de fondo constante, desde la entrada de los afortunados a la facción hasta sus últimos exámenes donde solo pueden quedar unos pocos.

Aunque su contexto distópico pueda hacernos pensar que encontraremos una narración dada a la poesía y la reflexión como ocurre en otras obras de índole parecida, Divergente engaña a sus compañeros llenando sus páginas de acción y misterio. Beatrice explica todas sus vivencias en su nueva base y las penurias que tiene que pasar para quedar clasificada, al mismo tiempo que va interceptando pequeñas anomalías entre las relaciones con el exterior. La curiosidad por saber qué puede descubrir nuestra protagonista hará que los capítulos pasen rápidamente.

Divergente cuenta con dos buenas bazas para agradar a todo tipo de lectores, y es que entretiene tanto como educa. Por una parte, Roth ofrece una inusual competición donde los ganadores son aquellos que mejor emulan la cualidad de la facción. Por otra, puede hacernos reflexionar sobre qué pasaría si la sociedad del futuro pudiera regirse por cualidades positivas e intentar convivir como un solo ente. Solo hay que comprobar que la idea descrita de que los altruistas sean los que velen por la seguridad del prójimo es muy acertada, pero inviable a día de hoy.


Divergente destaca como obra juvenil que juega con los conceptos básicos para atraer al lector: personajes dinámicos, mucha acción, competición constante y una segunda trama oculta que dará el giro adecuado para seguir leyendo ávidamente. Si os gusta el género distópico, es una buena lectura.
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