Imagina Que Ya No Estoy

Imagina que ya no estoy cuenta la historia de Mila, una niña de 12 años que, para ser tan joven, tiene un sentido de la responsabilidad y la lógica bastante desarrollados. Durante las vacaciones de Semana Santa el padre de Mila decide llevarla de viaje a Estados Unidos para visitar a Mathew, su mejor amigo de la infancia. Pero poco antes de emprender el viaje, la mujer de Mathew les da la noticia de que su marido ha desaparecido sin dejar rastro. Aún así, Gil, el padre de Mila, decide viajar de todas maneras y, de paso, intentar descubrir el paradero de su amigo y hacerle disfrutar a su hija de un buen viaje.

Nos encontramos con una novela de investigación donde Mila hace uso de su capacidad de percibir cosas que los adultos, y la mayoría de las personas, pasarían por alto para ayudar a su padre a encontrar el motivo de la marcha de su amigo y, de ser posible, hallar también el paradero del mismo. Desde ese aspecto la lectura me ha resultado interesante y mi cabeza ha barajado veinte mil posibilidades pero, llegados al final, la respuesta me ha sabido a poco, y tampoco es que digamos que tiene final cerrado... No llega a las 200 páginas y me ha faltado algo más de contenido, sobre todo en lo referente a qué pasó después y cómo acabaron por solucionarse las cosas. Los cabos principales quedan atados, sí, pero quedan preguntas en el aire de las que me hubiese gustado respuesta.

Por otro lado, me ha resultado muy difícil empatizar con Mila, una chica de doce años a la que la autora le ha otorgado una madurez que escapa de comprensión pues, de no ser porque se menciona la edad en la sinopsis y bien avanzada la historia, hubiese dado por hecho que Mila tendría de dieciséis años para arriba. Entiendo el espíritu investigador de Mila, la cabeza curiosa de una niña de su edad, pero que tenga cavilaciones e ideas adultas... es difícil de asimilar, y más aún que un padre tome la decisión de llevar a su hija de viaje e introducirla en todo el entramado de una investigación al más puro estilo policial, llevándola a rincones aislados sin saber qué tipo de peligros podrían estar al acecho, pues lo único que saben es que Mathew ha desaparecido, pero las posibilidades de su desaparición podrían ser infinitas: secuestro, lío de drogas, asesinato, suicidio, problemas de juego o económicos... Y el resultado de todas esas variables no es algo que una cría de 12 años deba vivir ni experimentar. Pero, bueno, al final entenderemos un poco más la postura de su padre y descubriremos que no toda la investigación era a tontas y a locas.

Es una historia sencilla que toca temas profundos y delicados en torno a la desaparición de un hombre de familia y el bagaje que porta a sus espaldas y que le llevó a tomar esa terrible decisión. A medida que se profundiza en la historia nos damos cuenta de que no todo es lo que parece y que las apariencias suelen engañar, y mucho, dando situaciones y escenarios cargados de dolor y sentimientos encontrados sobre cuestiones de la vida adulta que nos hacen pensar qué haríamos nosotros de encontrarnos ante tal situación. Aún así, lo negativo prima sobre lo positivo, y no sé si se debe a la figura de Mila, la voz cantante en esta historia, o a la forma narrativa de la autora, que ha omitido los guiones de diálogo y la narración se desarrolla sin saber muy bien cuándo comienza un diálogo, cuando un pensamiento de los personajes y cuándo una descripción ambiental o de cualquier otra índole. al principio cuesta muchísimo adaptarse y estuve a punto de abandonar la lectura por el caos que me estaba creando. Pero al final decidí darle una oportunidad y acabé acostumbrándome a ese estilo tan peculiar, aunque no ha sido de mi agrado precisamente. Lo he aceptado y asimilado, pero también ha sido un hándicap a la hora de congeniar con los personajes y sentirme parte de la trama.

En resumen, 'Imagina que ya no estoy' es una historia sencilla con sus más y sus menos. En general, la historia de investigación mantiene al lector alerta, sacando sus propias conclusiones sobre el motivo de la desaparición de Mathew, pero la voz de la protagonista carece de lógica para su edad y no la he sentido cercana y real y, junto a la forma narrativa de la autora, me ha sido casi imposible conectar con la historia y el mensaje que pretende transmitir.

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