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Crítica de laurass89


laurass89
09 May 2020
La constancia del sacrificio
Oviedo 1948, el padre Arteaga llega a la parroquia de don Toribio para estar con los fieles y oficiar antes de su posible carrera en el Vaticano. Un cura joven y atractivo que llevará a todo el mundo a preguntarse por él.
Madrid, 1936, Juan Arteaga teme el curso que están llevando los acontecimientos. No puede entender cómo aquellos que supuestamente representaban sus ideas están haciendo lo que hacen. Desde luego, eso él no lo apoya, no tiene nada que ver con lo que piensa, con lo que defiende.
Así comienza una historia que se nos cuenta desde el pasado y durante el presente a la que se añade un componente mítico que tiene que ver más con los pecados de los hombres, que con los antiguos conocimientos de lo que nos rodea. de esta manera, los conflictos que encontraremos en la historia serán dos: el político y el religioso.
La historia me ha gustado bastante porque no era mucho de nada, es decir, no era una novela que se pusiera a reflexionar en exceso sobre la política, se centra más en enseñarnos cómo era la vida en ese sentido en los primeros años del franquismo (intrigas, reuniones ilegales, detenciones, etc.), ni se cuestiona en exceso la parte de las creencias, de tal manera que en la novela conviven la creencia cristiana, el ateísmo y religión pagana asturiana con total naturalidad.
Y lo cierto es que no se podría haber llegado a esta naturalidad sin nuestro protagonista, Pablo Arteaga. Su figura, un cura progresista que parece haber perdido la fe en dios y que no quiere perder la fe en los hombres, será el hilo conductor que desarrollará todos los temas de la novela.
A su llegada a Oviedo veremos cómo se convierte en la sensación del lugar. Una parroquia de pensamientos socialista recibe a un nuevo párroco que, además, parece ser el niño bonito del obispado. Lo que no saben es que Pablo esconde tras ese presente un pasado que tiene que expiar y el cual le condena a vivir de una manera que no quiere vivir, pero que asume con resignación.
El equilibrio de la balanza
Curiosamente, cuando entramos un poco más en la novela, veremos que esta empleará a la mujer como representación de cada uno de los temas que la novela quiere tratar. Los personajes masculinos, por el contrario, serán aquellos que padezcan la locura y el desenfreno de los sentimientos y emociones.
Así, la primera a quien conocerá Pablo ser a Munia, la tuerta, que nos mostrará el Oviedo más «rojo», más místico, una oposición clara que Pablo deberá ganarse. Después aparecerá la señorita Peláez, la tentación de las clases altas ovetenses que, desde que se ganó la guerra, cogen lo que quieren y como quieren. Pero continuamos y encontramos a Llara, vecina de la gran familia Osorio, que nos enseñará cómo el mundo es real, aunque lo desfiguremos.
Poco a poco, Pablo irá entrando en contacto con ellas y si en un principio solo teníamos a un cura que se resigna a serlo, pronto podremos ver con ellas, al joven que creía en un mundo justo para todo el mundo; el hombre que ama más allá de sus posibilidades; la inteligencia que busca justicia y paz para todos los que la necesiten. Y para ello, como os imaginaréis se pelea con todos y por todo.
Breve apunte
En todo ello, como os podréis imaginar hay política. No me extenderé mucho, pero sí quería deciros que me ha gustado mucho el tratamiento que se ha dado a la cuestión. En primer lugar, porque es la primera novela que he leído que se desarrolle en un territorio donde después de la guerra las ideas socialistas se mantuvieran tan arraigadas. Segundo, porque no hay un enjuiciamiento de ninguna de las partes, sino la narración de los hechos, dejando al lector la libertad de juzgar. Y tercero, porque como dice Juan Arteaga, la cuestión no es lo que piensas sino cómo eres y creo que esto lo ha expresado muy bien con los dos conflictos que ha desarrollado: el político, es decir, lo ideológico; y el religioso, es decir lo moral. No es reprobable lo que pienses, sino el mecanismo que te lleva a pensar y actuar así. Solo hay hombres malos, hijos.
La realidad contra la justicia
La verdad, creo que estaréis notando que esta reseña me está costando más que otras, pero es porque dentro de su extensión hay tantas cosas que me han gustado (y que serían spoiler) que no sé cómo concretarlas. La última que me gustaría destacar es el hecho de que cuando leemos una novela, de manera general, queremos que termine bien y que los buenos ganen. Sin embargo, hay otra manera de una novela termine bien y creo que esa es terminando conforme a la realidad de la novela. En este sentido El jardín de las flores negras nos ofrece una historia casi mitad y mitad, pero que es sobre todo real y que, lo mejor, para que esto sea así nos obliga a bajar a los infiernos del ser humano. Así se distorsionar el sentido de justicia y nos ofrece un final que nos dejara molestos y a gusto al mismo tiempo.
En definitiva…
Nos encontraremos una novela con una estructura muy interesante, con una trama muy bien construida, unos personajes complejos, con mil aristas, pero con coherencia, que nos llevarán por el Oviedo de posguerra hasta sus últimas consecuencias. Con un estilo dinámico y ágil en los diálogos, Ana nos enseña cómo las personalidades dependen de nuestro contexto, y nos invita a través de sus cebos a descubrir cuáles son los secretos que se esconden en el último rincón de nosotros mismos.

Enlace: http://ellibroenelbolsillo.b..
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