Maravillosa intensidad

La huída como oportunidad

La historia comienza cuando Sofía, una chica de dieciocho años huye de su vida en Cartagena y llega a Madrid. Una vez en la capital su objetivo es claro: trabajar para poder escribir su novela. En su búsqueda, conocerá a Jessica y Álvaro, los sobrinos de su jefe. Con la primera se irá a vivir, al segundo tendrá que soportarlo. de pleno en su nueva vida, conocerá a Adrián, al que todos odian y cuyo pasado es un misterio. ¿Qué tendrá ese muchacho de ojos miel que le llama tanto la atención?

Cuando comencé a leer la novela me metí de lleno en ella gracias a la progresión de los acontecimientos. Una de las cosas que puedo destacar por encima de otras es que el ritmo es bastante bueno, no es en exceso acelerado y, además, no se detiene en los detalles sino en las acciones. No obstante, cabe decir que para que esto se logre muchos autores tienden a repetir secuencias de acción y esto es lo que, en mi opinión, le sucede a nuestra autora. Una vez que Sofía comienza a trabajar su vida se coordina en trabajo-casa-acontecimiento destacado-trabajo. Lo dicho la estructura era repetitiva en este aspecto y en la que apenas hay escenas de transición, sin embargo el contenido de esa estructura es muy, muy interesante.


A nivel de temática podemos decir que la novela se coordina en dos tiempos. Por un lado, la convivencia de Sofía, que se muestra como una muchacha alegre, comprensiva, pero que también se hace valer, con Jessica y sus amigas, la integración de Sofía en su ambiente madrileño y en su trabajo, en su normalidad. Por otro lado, tendremos la parte más misteriosa, más extraordinaria, esta es la que tiene que ver con Adrián, un personaje del que poco os puedo decir porque para mí todavía es un misterio. Así, nuestra protagonista se desarrollará como persona entrando y saliendo de cada uno de estos dos planos, configurándose como mujer (ya que cuando comienza es una niña asustada, se mire por donde se mire) y sobre todo, como escritora. No me cabe duda de que las vivencias que leemos se incorporaran a la famosa novela sobrenatural que nos menciona en la obra. Por su parte, el personaje de Adrián irá descubriendo otro mundo, del que se le había apartado desde pequeño.

De este modo, la novela habla de oportunidades, de cómo dando un paso de gigante podemos encontrarnos a nosotros mismos y desarrollarnos como queremos. Ahora bien, esto tiene consecuencias terribles como la soledad, el desconcierto y el poder caer en las manos equivocadas…

Lo más curioso es que entre estos dos planos tenemos personajes que fluctúan como Erik, el mejor amigo de Adrián, y David, el hermano de Jessica. Ambos personajes se mueven entre ese mundo de luz, de normalidad, en el que Sofía pretende vivir; y el mundo oscuro, el extraordinario y oculto en el que Sofía puede relacionarse con Adrián. Así, nos encontramos con unos personajes principales con gran contenido de trama y que pueden desenvolverse en múltiples situaciones. Sin embargo, sí que tengo una queja sobre los personajes, son extremadamente violentos. No voy a ahondar mucha para no determinar la lectura, pero entre el machismo (del cual se queja la protagonista) y que cualquier cosa cotidiana, como una discusión, se arregla a golpes, yo no para de sentir angustia todo el rato. Paradójicamente, esto sucede en el mundo de Sofía, en el mundo de Adrián es normal esa violencia y creo que a nivel de trama se justifica perfectamente.
La historia suspendida

La historia más que gustarme, que no digo que no me haya gustado, me ha picado la curiosidad. Normalmente los primeros tomos de sagas son para ambientar y, aunque normalmente la trama queda claramente abierta, sí que se nos ofrece las coordenadas para que sepamos qué está pasando en realidad (quiénes son los personajes, cómo es el mundo y cuál es el motivo de la trama). En esta novela eso se me he quedado un poco como a medias. Su punto y final, clarísimamente, es un punto y aparte que nos lleva a querer seguir indagando en sus personajes, pero hubiera agradecido más concreción no tanto en lo que sucede, sino en quiénes o qué son, ya que corremos el peligro de que el giro en la siguiente sea demasiado brusco.

Los personajes están bien construidos e interpretan bien el papel que les ha querido dar la autora (quizá a veces de manera un pelín exagerada) y el único pero más allá de que nos quedamos en vilo sea las incorrecciones que podemos encontrar en la novela.

¿Recomiendo Maravillosa Intensidad? Sí, sé que la autora nos va a presentar una gran evolución en el siguiente tomo, corrigiendo esos pequeños defectos de los escritores que empiezan a andar en este mundillo. Los personajes son interesantes y el ritmo de la narración es ágil y sin dobleces, falta un poco de concreción, pero engancha tanto que esperaréis al siguiente, seguro.
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