Feliz final

Feliz final (2018) es una novela demoledora de veracidad. El libro será adaptado para el cine por Helena Taberna, así como ya sucedió con otros libros del autor : El vano ayer bajo el título de la vida en rojo, El país del miedo, La mano invisible. Feliz final lleva varias referencias al film de Rossellini de 1954 Te querré siempre.

En una entrevista Isaac Rosa decía que esta es una novela política porque tiene mucho que ver con el orden social en el que vivimos actualmente. Dice que hizo del amor de los protagonistas, una relación cerrada en la que están dando vueltas en torno a si mismos porque se pasan toda la novela hablando sobre ellos. Porque hoy en día tenemos un sentimiento de soledad enorme y el amor es la tabla a la que agarrarnos en un momento de naufragio social. Puede sonar algo ingenuo, pero yo creo que el amor podría ser todo lo contrario al capitalismo y a la lógica de mercado en la que vivimos inmersos. Por desgracia, termina convirtiéndose en la puerta trasera por la que se nos cuela todo eso. Vivimos en un sistema capitalista que nos quiere enamorados, porque cuando estamos enamorados consumimos más.

Feliz final es una (enésima) historia de un naufragio de pareja al cabo de 13 años. La novela está armada de manera original : se empieza por el epílogo y capítulo a capítulo se va retrocediendo en el tiempo hasta la época en que ellos se conocieron y se amaron por la primera vez. Es una novela con sólo dos voces, la de Antonio en caracteres normales y la de Ángela, en cursiva. al principio cada uno tiene capítulos enteros, luego se van compartiendo los capítulos y luego se irán mezclado los párrafos, para al final, mezclarse en un mismo párrafo, en aquella época que se creían uno solo. Todo está compaginado a la perfección.

Es una novela de un realismo alucinante y aunque yo no puedo compartir casi nada con el relato, he sabido de tantas y tantas rupturas matrimoniales, siempre con dos versiones, casi siempre incompatibles para quien ha frecuentado las dos partes; pienso que mucha gente se sentirá emocionada ante la avalancha de momentos infelices de carácter universal. Imagino que un relato tan fuerte emocionalmente debe contenir situaciones ya vividas, aunque Isaac Rosa precisó en algún momento que había cuestionado a muchísimas parejas para dar vida a sus dos personajes en crisis, Ángela y Antonio.

¿Qué sucedió a Ángela y Antonio tras 13 años de cohabitación, dos hijas, crisis diversas ? Pues se les murió el deseo con la rutina y no tenían mucha comunicación. Y la muerte del deseo en una pareja de cuarentones, elle profesora y él periodista, es sólo resurgimiento de nuevas sensaciones porque las hormonas que rigen el comportamiento erótico-social están en su mejor momento.

Ahhhh, el amor, este estado de imbecilidad transitoria como decía Ortega y Gasset. La mayoría de las parejas no saben que hay que negociar el sentimiento con el paso del tiempo y lo que pudo ser en un principio un incendio, sobre todo si primaba la pasión, va a evolucionar por etapas hasta…hasta el aguante de cada pareja.

El relato de la vida diaria, del desgaste de la pareja Ángela-Antonio, es tan vívido, tan realista, tan emocionalmente fuerte, que el lector puede sentirse voyeur y acongojado por la amplitud de las consecuencias. Como la relación de esta pareja dura 13 años y que cada uno mantiene sus posiciones y su discurso, pues encontré que hay muchas repeticiones en el texto, lo que era inevitable.

Está demás decir que al término de la lectura el lector está KO, simplemente anonadado de tanta tensión emocional y de la exactitud de los planteamientos, de las dificultades del entorno, de la complejidad de las cosas, de la inmensa soledad en que vivimos, rodeados con mucho ruido, pero solos.

Un libro crudo, excelente, devastador.


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La historia de Ángela y Antonio, que planeaban envejecer juntos como cualquier pareja normal, ha terminado. Ahora, en el momento de la separación, surgen las dudas -¿cuándo nos equivocamos? ¿cómo hemos acabado así?- pero también los reproches. Y de eso está llena esta novela: de errores, reproches y culpas.
Y aunque esta podría ser otra novela de amor y ruptura, lo original de ella radica en su formato: los hechos se nos presentan desde el momento presente hasta los primeros años de su relación y cuando se conocieron.

A través de los monólogos internos de Ángela y Antonio iremos descubriendo su versión y punto de vista de su relación. Sus personalidades opuestas, los hechos que les llevaron a la lenta devastación de la pareja, las contradicciones entre las decisiones vitales y la propia ideología, el cuidado de los hijos, la presión social ante amigos que se separan, la influencia de trabajos opresivos y la crisis económica. Pero por más que busquen hasta sus inicios, retrocediendo el tiempo en busca de cuándo se torció todo, sigue sin haber una respuesta clara.

Tengo que decir que el drama constante de esta novela se me ha hecho muy difícil desde las primeras páginas y he tenido que espaciar su lectura durante semanas. El continuo monólogo de reproches, errores y envidias que se han acumulado durante los años es… desolador. Además, las justificaciones y confesiones que se lanzan respectivamente para explicar el deterioro de su relación no conducen a ninguna parte porque en ningún momento ni él ni ella asumen responsabilidades ni errores como propios. al final, es triste, pero a corto plazo esto es lo único que queda de esta pareja.

Así que, aunque este relato a dos voces, emociona porque al final reconoces situaciones como propias, no es una lectura que recomendaría a la ligera porque es confieso que os puede dejar completamente devastados.
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Feliz final (2018), de Isaac Rosa es una novela extraordinaria. En ella nos presenta la ruptura de Ángela y Antonio, aunque, en realidad, son ellos mismos los que monologan uno contra el otro, mostrando las dos caras de su historia que, como todas, está plagada de luces y de sombras.

Desde el final, desde ese sofá cojo, único testigo que queda en el piso donde fueron felices, recorremos todo su relato conjunto hasta el germen de toda su vida en común. Descubrimos, asombrados, que aunque Amor solo hay uno, existen todo tipo de parejas. Están los más envidiados, por su deslumbrante dicha, eso sí, sustentada por diversas relaciones extramatrimoniales. También los que escapan juntos del mundo a una especie de arcadia, hasta que ella le descubre con la cara partida en dos, a causa de una mala reacción del marido de su amante, con la que tenía ya una relación estable. Aparece, además, la que acusa a las demás de poner a las mujeres a los pies de los caballos del patriarcado por defender la crianza con apego, pero que vive un infierno al lado de un maltratador porque es incapaz de lograr ser independiente económicamente. Otros asumen las relaciones con un carácter episódico, otros repiten una y otra vez, a ver si a la siguiente les acompaña la suerte.

Además de la singular maestría con la que está escrita, con la versión de cada cónyuge que se llega a bifurcar en dos columnas, que en nada se asemejan, salvo en el final; resulta particularmente relevante la empatía que despiertan todos los personajes. Es tan sencillo sentir sus miedos, esperanzas, dolores y angustias, comprender sus tropiezos y sus decepciones, sus aspiraciones, sus problemas económicos, su deseo de algo que no son capaces ni de nombrar, pero que está ahí, agazapado, tras cada una de sus palabras. "Nosotros íbamos a envejecer juntos", sin embargo, se perdieron buscando certezas en la oscuridad y se repitió la historia que los unió, pero en esta ocasión, para convertirlos en dos desconocidos cuyas hijas un día también se preguntarán, igual que ellos hicieron con sus padres, qué extraño hilo rojo sería el que habría juntado a dos criaturas que nada tienen en común.
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No sé muy bien cómo empezar (o cómo terminar) es que la historia comienza por el final.

Tengo debilidad por las historias circulares y esta lo es. Es que todo comienzo contiene un final, y viceversa. Además, aprendí algo de mí: ya sabía que disfruto de las metáforas y no me gustan las descripciones detalladas; lo que no sabía era que me gustan las enumeraciones.

Otra vez, lo que me atrapó fue el cómo: En la historia, Angela y Antonio deconstruyen su relación. Está lo que yo dije, lo que vos dijiste… y lo que queríamos decir.
La realidad, las expectativas, las interpretaciones, las explicaciones y las no explicaciones. Los dos se justifican, atacan, defienden y, de vez en cuando, coinciden.

Habla del amor, de la trasformación del amor, de la ¿evolución? de las relaciones y las personas. Tanta verborragia puede ser densa, pero la vida puede ponerse densa y el desovillado de la historia es tan redondito... y circular (ya dije que me encanta lo circular) que está bien, está más que bien.

Un libro distinto, las reseñas que le precedían eran bastante positivas y eso me asustaba un poco, porque en ocasiones no se cumple las expectativas que pones, como se puede comprobar por la nota que le puse eso no ha sido así. A pesar que la narración es distinta y sabes el desenlace eso no implica que no te puedas sumergir en la historia y sufrir con los personajes, eso es lo que me ha pasado a mi, aunque creo que no es para todo el mundo. Por cierto la narración dado que lo escuche en audio libro también ha podido ayudar a que me gustará .

"Nosotros íbamos a envejecer juntos".

Así en pasado. Con esta afirmación comienza el Epílogo de Feliz Final, que en este caso ocupa el lugar del Prólogo. Y el Prólogo es el Epílogo. Porque esta novela empieza por el final, por el momento de la mudanza, por la separación definitiva.

Isaac Rosa nos ofrece una novela atípica, que reconstruye una gran historia de amor empezando por el final. Una historia cargada de lugares comunes, en los que es sencillo reconocerse, que sorprende a veces por la claridad con la que puedes identificarte con la situación que viven sus protagonistas. Una historia que para mi gusto pierde intensidad conforme pasas las páginas retrocediendo en el tiempo, algo que de algún modo tiene sentido si pensamos que de lo que se trata es de contar un final. El Feliz Final deseado en su título.

"Nosotros ibamos a envejecer juntos".
Así arranca esta novela.
Antonio y Ángela nos cuentan su historia desde el final hasta el principio. Empezando por el epílogo y terminando por el prólogo, sin guardarse nada.
Su historia puede ser la de cualquiera de nosotros. Es imposible no sentirse reflejado en algún momento.
Una historia muy intensa, que te emocionará, removerá y te hará pensar.
Una novela para leer en pequeñas dosis y así poder saborearla poco a poco.

A mí me ha encantado, pero reconozco que es una novela muy especial y que no a todo el mundo le puede gustar igual.
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“El amor se destruye, se falsea, al recontarlo. El amor es inenarrable, siempre se narra cuando ya ha pasado, y entonces está sometido a relectura, reajuste, cuando no revancha. El amor es inenarrable porque el tiempo del sentimiento y el tiempo del relato nunca coinciden, y lo que ahora contemos siempre será una reelaboración racional de un sentir que se evaporaba a medida que ardía. Cualquier intento por contar el amor está condenado al fracaso. El amor es ridículo, es incomprensible, es desproporcionado, es falso, es equivocado. Ni siquiera los cuadernos, las cartas, los mensajes de entonces, nos sirven para recuperar una intensidad que ya no entendemos. Solo podemos contar la ceniza, o ni siquiera eso: el tizne que dejó la ceniza antes de ser aventada”.
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Cuántas parejas se rompen cada día y cuántos sueños rotos dejan en el camino. Y, sin embargo, qué liberador resulta a veces cerrar definitivamente la puerta a una relación que agonizaba desde hace tanto, a pesar de que en sus inicios sus miembros se creyeron tan especiales y tan diferentes de los demás como para superar todas las barreras que se presentaran en el camino.
De todo ello nos habla Isaac Rosa en una historia que se mueve a dos bandas. En medio de un cruce de reproches, Ángela y Antonio, nos van a narrar la suya. Dos voces narrativas en primera persona se irán alternando hasta montar un puzle de lo acontecido en sus vidas en los últimos diez años. Y para ello, Isaac Rosa utilizará una estructura original y de cronología inversa. Partiendo del momento en que Antonio llega al piso vacío que compartiera junto a su familia durante la última década, un piso que ahora parece un fantasma, aún impregnado de las huellas de una vida y en el que él no puede dejar de preguntarse cómo han llegado a esta situación, “ellos que iban a envejecer juntos”, la trama irá remontando en el tiempo para mostrarnos desde momentos durísimos de una relación erosionada, moribunda, que en infinidad de ocasiones nos empeñamos en alargar de manera innecesaria en un intento vano de no reconocer nuestra derrota, hasta otros más felices como el nacimiento de sus hijas, la complicidad de otros tiempos, los obstáculos superados…llegando a un cierre absolutamente impactante en el que conoceremos el inicio de su relación.

Aunque es mi primer encuentro con Isaac Rosa, no dudaré en seguir en lo sucesivo a un autor que me ha ganado no solo con una prosa impecable y un completo dominio de la tensión narrativa sino por el calado que tienen las emociones que plasma en el papel, la veracidad de las mismas o la facilidad con la que cualquier lector será capaz de mirarse en un espejo que refleja un camino por el que, seguramente, también ha transitado. Y lo hace sin medias tintas con una historia que te arrolla como un tren por la fuerza de sus personajes y el realismo de la trama.

Una apuesta arriesgada la del autor con una novela en la que sin duda sale victorioso y con la que aprovecha para plantearnos si el amor, tal y como nos lo contaron, es un lujo que no siempre podemos permitirnos. Vacío, extenuación, hartazgo, desidia, compromiso, complicidad y esa ilusión inicial que prenden la llama de lo posible y de un futuro serán algunas de las etapas que recorrerá esta pareja en un camino ascendente hasta llegar al germen de su relación.

Quizá os haya contado poco de Feliz final, una historia que se hace eco de las numerosas dificultades y tentaciones a las que estamos expuestos y que habremos de superar para lograr la pervivencia de una relación hoy día. Quizá me falten palabras para describir lo mucho que me ha llegado, lo segura que estoy que muchos de vosotros a los que podría nombrar vais a disfrutar tanto o más que yo de la historia de Ángela y Antonio, os vais a identificar con ellos y os emocionaréis. El mercado editorial nos bombardea cada mes con infinidad de títulos. Creo que reservar un hueco para Feliz final sería un acierto por vuestra parte.
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Debo reconocer que el libro me ha encantado, no conocía al autor y me llevado una grata sorpresa. Aborda la historia de amor de una pareja que llevan juntos 13 años de relación. Una historia contada desde el final. A través de monólogos, conocemos a Antonio (periodista) y Ángela (profesora).
Para Antonio, su forma de entender la vida es gestionándolo todo (desde la economía de la pareja, los miedos, los sentimientos, el deseo, el amor, el trabajo, el tiempo, los hijos, las tareas domésticas, etc.), lleno de metáforas, como cuando compara su relación al igual que una gráfica bancaria, con sus índices altos y bajos, en función de su situación económica, profesional o social de la pareja. (Es un ateo del amor). Y Ángela contradice, cada gestión, de Antonio, a través de los sentimientos y del romanticismo.
Y aunque nos cuenten sus discusiones, sus tiempos basuras, también, hay momentos románticos y nostálgicos, como es su forma de comunicarse a través del código morse de manos, el mes que pasaron juntos, toda la familia, en las vacaciones de verano, la maternidad/paternidad. Y momentos “divertidos”, como son las apuestas del amigo Fabio.
Me surgió la duda de si tenía que leer el libro de la forma convencional o bien tenía que hacerlo a la inversa. de igual forma, ¡me lo leí dos veces!
Y, para ambas ocasiones, me surgieron muchas dudas; ¿Qué pasa con aquellas personas que no se ha enamorado nunca? ¿si el amor no existe, que es lo que sentimos los enamorados? ¿y si es el amor una droga, que efecto surgen en aquellas que no lo toman?, ¿somos más felices en pareja cuando la felicidad va unida a la vida profesional? … supongo que podríamos entrar en una gran espiral ..pero, si llegué a una premisa. Que por muchas versiones que haya del amor, el amor esta para disfrutarlo, y para bien.
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Me ha encantado esta novela, sobre todo por la original forma de contarla, empezando desde el “final” de la historia, hasta sus comienzo.

Te hace pensar que puedes leer la novela de dos formas diferentes, empezando desde sus primeras páginas o comenzando desde su último capítulo, el cual es numerado como el primero.

Esta novela trata sobre un tema tan cotidiano como la separación de una pareja, que durante 13 años y como tantos casos hay hoy en día, se enamoraron, vivieron ilusiones, desengaños, celos… Luchando contra todo.

Ya desde la primera página del libro, incluso con sus primeras palabras “Nosotros íbamos a envejecer juntos” nos desvela su final, la separación de Ángela y Antonio, una pareja como otra cualquiera, que a través de sus páginas vamos conociendo tanto a los personajes como a la razón de su separación.

Según vamos leyendo, se va reconstruyendo el amor durante los 13 años que duró, a través de disputas, infidelidades, reproches y puntos de vista diferentes, que se van lanzando el uno al otro, hasta llegar a sus últimas páginas donde leemos cómo se conocieron.

Dije que esta novela trata sobre un tema cotidiano ya que trata sobre un tema muy común hoy en día, ya que debido a crisis de pareja, desestabilidad económica, cambios, estrés en el día a día, etc, son muchas parejas las que se separan, dejando atrás grandes recuerdos como los que descubres entre sus páginas.

Isaac Rosa no solo muestra en esta novela lo malo de la separación entre Ángela y Antonio. También aborda muchos momentos felices de la pareja que hacen emocionarte, como por ejemplo el nacimiento de sus hijas.

Ya nada mas ver el libro, me atrajo esta novela por su portada, con una preciosa foto, que en combinación con el título ya te hace intrigarte y adentrarte en sus páginas para conocer esta historia de amor.

Desde mi punto de vista, ¡Muy recomendable y amena lectura!.