Feliz final

La historia de Ángela y Antonio, que planeaban envejecer juntos como cualquier pareja normal, ha terminado. Ahora, en el momento de la separación, surgen las dudas -¿cuándo nos equivocamos? ¿cómo hemos acabado así?- pero también los reproches. Y de eso está llena esta novela: de errores, reproches y culpas.
Y aunque esta podría ser otra novela de amor y ruptura, lo original de ella radica en su formato: los hechos se nos presentan desde el momento presente hasta los primeros años de su relación y cuando se conocieron.

A través de los monólogos internos de Ángela y Antonio iremos descubriendo su versión y punto de vista de su relación. Sus personalidades opuestas, los hechos que les llevaron a la lenta devastación de la pareja, las contradicciones entre las decisiones vitales y la propia ideología, el cuidado de los hijos, la presión social ante amigos que se separan, la influencia de trabajos opresivos y la crisis económica. Pero por más que busquen hasta sus inicios, retrocediendo el tiempo en busca de cuándo se torció todo, sigue sin haber una respuesta clara.

Tengo que decir que el drama constante de esta novela se me ha hecho muy difícil desde las primeras páginas y he tenido que espaciar su lectura durante semanas. El continuo monólogo de reproches, errores y envidias que se han acumulado durante los años es… desolador. Además, las justificaciones y confesiones que se lanzan respectivamente para explicar el deterioro de su relación no conducen a ninguna parte porque en ningún momento ni él ni ella asumen responsabilidades ni errores como propios. al final, es triste, pero a corto plazo esto es lo único que queda de esta pareja.

Así que, aunque este relato a dos voces, emociona porque al final reconoces situaciones como propias, no es una lectura que recomendaría a la ligera porque es confieso que os puede dejar completamente devastados.
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