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La maestría de Sally Rooney para transmitirnos el mundo interior de sus personajes sigue asombrándome y maravillándome. O quizás sea que simplemente conecto con sus personajes. Todos ellos/as poseen una zona oscura dentro de sí mismos. Todos ellos/as están un poco tristes a veces. Sally Rooney nos habla de la vida, tal como la conocemos, sin esconder ni inventar. Esta novela trata de relaciones personales entre amigos, concretamente trata sobre la relación de Alice y Eileen con sus idas y venidas, sus enfados, sus momentos de conexión... Dos mujeres que sobreviven en un mundo que las ha decepcionado, en una sociedad dónde no encajan del todo. de hecho, cada una a su manera, siente nostalgia de la infancia y la adolescencia. Esa época en la que todo es posible, en la que la ilusión te invade, la esperanza aún está en nosotros. Esperanza de un futuro extraordinario. Cuando te haces mayor, empiezas a darte cuenta de que las expectativas eran excesivas y de que el mundo está un poco deshecho y las personas que habitan en él son egoístas y tramposas. Seguramente ambas se preguntan: ¿Dónde estás mundo bello? Por último, me ha gustado mucho la forma de tratar todo el tiempo los problemas de salud mental; sin tan siquiera especificar lo detalles morbosos o los eventos desencadenantes que han sufrido los protagonistas a lo largo de sus vidas. Simplemente lo integra en la persona como parte de su vida. ¡Cada libro que me leo de Sally, más me gusta! |
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