Sé niña, sé adulta, sé mujer, pero, sobre todo, sé tú misma. Simplemente, sé tú misma. Sea lo que sea lo que quieres... eso es lo que yo quiero que seas.
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Sé niña, sé adulta, sé mujer, pero, sobre todo, sé tú misma. Simplemente, sé tú misma. Sea lo que sea lo que quieres... eso es lo que yo quiero que seas.
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Un ángel expulsado del cielo tratando de encontrar el camino de vuelta. Tan solo. Tan solitario. Rechazando el amor de todos.
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Me di cuenta de varias cosas al mismo tiempo. En el laberinto de mi infancia, me asustaba y a la vez me excitaba no poder encontrar la salida si seguía explorando los rincones cada vez más escondidos. Pero siempre acababa encontrándola. De alguna manera, siempre me daba pistas, mantenía las puertas abiertas para mí, para que entrase y saliese a mi antojo. Kara era como aquel laberinto. La única diferencia entre ambos era que quizá esa vez no encontrase la salida.
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—¿Papá? —¿Sí? —Tú nunca me has pedido que sea nada —dije en voz baja, mirando fijamente mi taza—. Nunca me has dicho lo que quieres que sea. —Eso es porque ya eres lo que quiero que seas. |
—¡No, Tal! No seas boba —me reí—. Aunque, bueno... Supongo que sí. Es que, ¡vamos a ver! Era para irme corriendo... No va con segundas. —La miré levantando las cejas y ella soltó una carcajada—. Pero no me refiero a eso. Es que... —Exhalé mientras intentaba organizar mis pensamientos—. Compartir tu cuerpo con alguien... No sientes que solo le estás dando tu cuerpo. Es tu corazón, tu cuerpo y tu alma; tus vulnerabilidades, tu confianza, la totalidad de la persona que eres. Le estás dando todo eso. Le estás confiando todo eso y esperas que lo valore y que no lo utilice para destruirte. Y una vez se lo has dado, no puedes recuperar esa parte de ti nunca más. Y es aterrador. —Qué profundo. Me encanta. Y sí, entiendo lo que quieres decir —afirmó—. ¿De verdad te estás enamorando de don Complicado y Misterioso? |
Sus ojos se encontraron brevemente con los míos, y juro por Dios que sentí un espasmo en todo el cuerpo. Supe que no me olvidaría de aquel momento en toda mi vida. Me quedé completamente paralizado; temía moverme y descubrir que todo había sido un sueño.
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La vida era cruel. Porque yo era lo bastante realista como para entender que nunca podría ser más que eso. Él no estaba hecho para alguien como yo. Pronto se esfumaría y sería como si nunca nos hubiésemos conocido. Y lo más triste era que yo me quedaría con todos los recuerdos. La gente siempre me dejaba con sus recuerdos, como si yo fuese una caja en la que dejar toda la mierda que ya no querían. Solo recuerdos. Siempre recuerdos. |
Manolito ...