—Si tengo que elegir mi propia cárcel —dijo con voz gruesa, cargada de emoción—, te elijo a ti. Soy un prisionero, y mi condena es amarte toda la vida.
|
—Si tengo que elegir mi propia cárcel —dijo con voz gruesa, cargada de emoción—, te elijo a ti. Soy un prisionero, y mi condena es amarte toda la vida.
|
Todo el mundo encierra cierta luz y cierta oscuridad en su interior.
|
─Sabe lo que necesitas y lo que quieres incluso antes de que tú te des cuenta ─continuó─. Te ayuda a que reconozcas lo que quieres y te dice que no tengas miedo. Tú eres demasiado cuidadosa para arriesgarte y él no, y te hace ver que a veces las cosas pueden ser muy sencillas, porque tú siempre lo ves todo muy difícil. Piensas demasiado, y a veces no hace falta. No necesitas hacer que las cosas sean más complicadas.
|
─Te echaba de menos ─susurré. Él apoyó la barbilla en mi cabeza y me estrechó fuertemente. ─Dilo otra vez ─me rogó. ─Te echaba de menos, Caleb. Lo oí suspirar y noté que relajaba los hombros, como si acabara de quitarse un gran peso de encima. ─Me haces muy feliz cuando dices eso. ─Siento no decírtelo más a menudo. |
Manolito ...