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Sara es una apasionada de la música y es su vida. Ensaya todo lo que puede y por ello ha sacrificado muchas cosas, pero su familia y sus amigas le apoyan incondicionalmente. Sara recibe la carta de la Academia Karajan y le dan la oportunidad de estudiar música en la Filarmónica de Berlín, un sueño hecho realidad. Lo que más miedo e inseguridad es salir de su zona de confort e ir a un país donde nunca ha estado y donde no conoce a nadie. Sara es una chica dulce e ingenua, tanto que cuando contacta con Jamie piensa que es una chica y su sorpresa es mayor cuando llega a Berlín y ve que es un chico. Jamie es un increíble pianista, se ha esforzado por conseguir sus sueños y aunque tiene que tener un trabajo para poder hacer frente con todos los gastos, sabe que ir a Berlín fue la decisión acertada. Los primeros días en Berlín no son fáciles para Sara, pero en la academia tampoco lo tiene fácil y es que toca bien, pero le han dicho que le falta algo. Esto le afecta mucho a Sara, es muy perfeccionista, así que Jaime le propone ayudarla con la interpretación de las melodías, esto hará que ellos pasen más tiempo juntos. Pasar más tiempo juntos significa que empiezan a conocerse, las miradas, las caricias, empiezan a contarse cosas y secretos y los sentimientos empiezan a aflorar. La chica del primer año de academia, el chico del último año de la academia. Dos corazones que laten por la misma pasión y solo un sueño por cumplir que podría separarlos para siempre. Tengo que reconocer que de las tres es la que más me ha gustado, la música tiene una parte importante en la historia y son dos personas más bien introvertidas y verlos florecer ha sido muy bonito. Cómo en todas las historias de la autora un romance sano, bonito y la importancia de quererse a uno mismo. Y a la vez dar alas a esa otra persona, aunque lo aleje de tu lado. |
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