El fabricante de muñecas

"Es el corazón el que te permite seguir adelante una vez se acaba la guerra".

Compré este libro por dos razones: me encantó la portada y, según la sinopsis, trataba sobre uno de los periodos históricos sobre los que más me gusta leer –la Segunda Guerra Mundial. He de confesar que al principio me costó engancharme, porque creo que El Fabricante de Muñecas es un libro el género de literatura infantil que otra cosa, y eso no lo esperaba. Por tanto, hay que estar consciente que se lee como un cuento o una historia fantástica, más que una novela, y hace años que no leía un cuento como tal. Sin embargo, una vez asumido esto, la verdad que ha resultado una historia bastante hermosa, a pesar que se sitúa en un contexto sumamente difícil.

La historia inicia con Karolina, una muñeca que vive en una tierra mágica, llena de muñecas y juguetes, hasta que un día su país sufre la invasión de unas ratas malévolas. Después de esconderse, un día Karolina despierta en el mundo humano, en la Cracovia de 1939. Un hombre, el Fabricante de Muñecas, le ha dado vida y la ha traído a este mundo. Karolina puede hablar y pronto se conviene en la compañía de este hombre, quien ha sido un ser bastante solitario. Eventualmente conocen a Rena y a su padre, quienes descubren el poder del Fabricante de Muñecas y que Karolina está viva. Entre la creencia de la magia y un entorno muy complejo con el crecimiento del poder Nazi, los cuatro comienzan a convivir y eventualmente a crear lazos para protegerse los unos a los otros.

Es una historia triste y al mismo tiempo, esperanzadora, mezclando elementos fantásticos con el contexto histórico; la narración engancha y es un libro en el que se avanza rápido. Una lectura ideal para lectores jóvenes.