El último regalo de Paulina Hoffmann

A finales del año pasado empecé a cruzarme con reseñas de este libro que había pasado por alto en las novedades de la editorial. Las historias ambientadas en la SGM suelen gustarme y esta enseguida me llamó la atención por todo el misterio que rodeaba a ese último regalo que deja Paulina Hoffmann.

Alicia no está atravesando su mejor época: su matrimonio se ha ido al garete, su vida laboral no está precisamente en auge y, por si esto fuera poco, tiene que afrontar la pérdida de la persona más importante de su vida: su abuela Paulina. En la lectura del testamento, Alicia, su padre y su tía descubren que Paulina aún les tenía reservada una sorpresa: una propiedad en Berlín que compró a espaldas de todos, por lo que Alicia pondrá rumbo a la capital de Alemania para intentar descubrir el por qué de tanto secreto.

El último regalo de Paulina Hoffmann es la historia de dos mujeres con un hilo temporal que va de 1938 hasta 2016, saltando constantemente del presente con Alicia al pasado con Paulina. En Alicia descubrimos a una mujer totalmente perdida en todos los aspectos de su vida: se reprocha constantemente haber echado por la borda su matrimonio por un trabajo que quizá no la llena tanto como ella pensaba, se arrepiente de haberse quedado embarazada por el motivo que lo hizo, pero quiere con todas sus fuerzas ser una buena madre para ese niño al que quiere con locura.

Paulina es todo lo contrario, una mujer fuerte y segura de si misma, a la que no han conseguido doblar todos los varapalos que le tenía reservada la vida, si no que ella ha sabido sobreponerse y salir adelante. La separación de su mejor amiga a una edad en la que ella no puede entender el por qué, su padre y su hermano desaparecen de sus vidas y ella su madre tienen que sobrevivir en el Berlín ocupado... La vida de Paulina está repleta de despedidas, de desengaños.

La autora no se explaya excesivamente en la vida de ninguna de las protagonistas, solo cuenta lo justo y necesario para mantener nuestro interés a lo largo de todo el libro.

Este tipo de historias que combinan dos líneas temporales tienen un gran riesgo: que una de las dos historias destaque por encima de la otra y, a pesar de todo el sentimiento que transmite este libro, es lo que me ha ocurrido con la historia de Paulina, que me ha parecido mucho más interesante que la de Alicia. Probablemente sea porque, viendo todos los inconvenientes por los que atraviesa Paulina (porque no os penséis que al huir de Berlín su vida será un camino de rosas), los problemas de Alicia parecen menores, sobre todo porque en su mayor parte los ha provocado ella misma.

Cuando leo historias de este estilo, casi siempre encuentro personajes que se decantan por una de las ideologías combatientes, pero esta novela abre un debate interesante: ¿Qué ocurre con aquellos que se mantienen al margen? ¿Son igual de culpables? Esto es lo que ocurre con la familia de Paulina, quienes no comparten creencias con el Führer, pero tampoco se atreven a llevarle la contraria.

El final es simplemente perfecto. Me encantó que con tan poco Paulina fuera capaz de darle tantísimo a su nieta.
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