El último regalo de Paulina Hoffmann

Tengo que reconocer que las historias sobre el Holocausto, la persecución y asesinato de los judíos a manos de los nazis en la Segunda Guerra Mundial, son hechos narrados en miles de libros, de los cuales, niños y adolescentes han sido los protagonistas,siendo éste uno de los acontecimientos más duros y terribles de la historia de la humanidad. Este libro es otro más, narra la historia de Paulina Hoffman que siendo adolescente, huye de Berlín a Madrid con su madre para comenzar una nueva vida y tratar de borrar o superar el escabroso pasado que como sabemos, marca las vidas de los supervivientes.
Tengo en mis manos, la edición tapa dura con sobrecubierta; el texto está escrito casi a doble línea con letra mediana y amplios márgenes a los lados, hecho que agradezco, es reconfortante a la vista. Siendo esto una ventaja visual, no lo es para lo que respecta al contenido: la separación entre capítulo y capítulo incluye de dos a tres páginas en blanco, que si tomamos en cuenta que el libro tiene 384 páginas, más de 20 están en blanco. Por ejemplo, el texto termina en la página 380 y se vende como una novela de 384.
Y me diréis: ¿Esto que tiene que ver?. Pues tiene que ver mucho, porque los capítulos son, a mi criterio "muy cortos", muy secos, parcos diría yo. No abunda en detalles o descripciones que me conmovieran las mas hondas fibras de mi ser, para tener el argumento que tiene.
Me transmitió una frialdad tremenda, pues esperaba encontrar el "grito y el susurro", que tanto se reseñaba, quedé con sed de querer saber más sobre cada uno de los hechos, pues como lo apuntaba anteriormente, los capìtulos son muy cortos.
No logré empatizar con Alicia, la nieta de Paulina Hoffman, es un personaje plano, no evoluciona, no me dio esa sensación de familiaridad que pudiera engancharme o hipnotizarme.
El argumento es un caldo de cultivo para poder sacar una novela inolvidable y entrañable, tierna y conmovedora, pues son éstas características que atraen a los lectores.
Siento que le falta profundidad a los hechos, a los personajes, le falta mas descripción de situaciones clave, le falta más alma.
Hay dos situaciones en la novela que me decepcionaron, no tanto por lo acontecido, sino por la forma de resolverlo: una es la huida de Berlín a Madrid en un tren, se resuelve en media página y la otra es un asesinato que también se resuelve en una página. En ambas situaciones, quedé con sed, quedé esperando más, quería nutrirme mas de la historia.
Un tema a considerar también es, que este libro es el primero de la autora, como ser madre por primera vez.
Si tuviera que calificarlo, le daría un 6.5/10, no lo estoy desacreditando, sólo que siento que le falta mas profundidad al argumento y por ende a los personajes.

Hay libros que suponen una auténtica sorpresa, porque a pesar de una bonita portada, no esperas nada especial de ellos. Sin embargo, cuando empecé a leer las primeras críticas, se acentuó mi interés por él, hasta el punto de leerlo con avidez y llegar a la conclusión de que El último regalo de Paulina Hoffman va a ser una de mis grandes sorpresas del año.

Es un libro que se lee con gran rapidez gracias a algo muy difícil de conseguir y que no son muchos los autores que lo consigue: el difícil arte de la sencillez. Eso es lo que hace que la novela sea muy ágil, que la consumas con tal rapidez que cuando te quieres dar cuenta estás llegando al final. Sí, una de esas novelas que por una parte estás deseando terminar pero que por otra te da mucha lástima que se acabe ya.



Es cierto que me gustan las historias de supervivientes, pero la historia de Paulina va más allá, tal vez porque está cargada de sensibilidad, porque sus protagonistas sufren, gozan y se equivocan como todos lo podemos hacer. Pero sobre todo, porque la historia de Paulina es un canto a la alegría de vivir, de poder seguir adelante.



Una novela que probablemente te hará llorar, pero que no te dejará ese regusto amargo de las lágrimas, sino el de la dicha de poder vivir. Porque ese es el regalo que Paulina Hoffmann quiere dejar a los que lean su vida.

Reseña completa en: http://www.elbuhoentrelibros.com/2018/01/el-ultimo-regalo-de-paulina-hoffman.html
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Nos encontramos ante una novela narrada con una delicadeza sublime a pesar de los temas que trata.
Paulina una de nuestras protagonistas, no hace vivir el infierno que pasó en su Berlin natal, el miedo, la angustia y el terror mientras los nazis avanzaban y posteriormente el ejército rojo estaba en la ciudad.
También nos cuenta como a pesar de todo lo que vivió cuando llega a España, concretamente a Madrid, se supera así misma intentando seguir hacia adelante. Hacemos con ella un recorrido por su vida, por sus silencios dolorosos, por sus traumas y tambien por su fortaleza y valentía a pesar de todo lo que vivió.
Alicia, su nieta, cuando su abuela fallece es la que se embarca en un viaje de búsqueda, de secretos, de aprendizaje sobre ella misma y el pasado de su abuela.
Una novela preciosa, con capítulos donde puedes llegar a vivir ese terror de la guerra, el sufrimiento, la injusticia... pero también la fuerza de las personas y su tesón en seguir hacia adelante y sobreponerse.
Me a encantado!

La muerte de Paulina, la abuela de Alicia, no sólo dejará en ella un vacío insondable sino que le traerá un legado inesperado: un piso en Berlín del que nada se sabía hasta la lectura del testamento. Y es que esta anciana de posición acomodada fue mucho más que una abuela para Alicia, y no solo porque ejerció como madre desde que la pequeña perdiera la suya con tan solo cuatro años sino porque sus muchas semejanzas las llevaron a crear entre ambas un vínculo muy especial que se iría reforzando a lo largo de los años. Pese a todo, muchas confidencias quedaron pendientes.

El dolor del recuerdo y la necesidad de pasar página y enfrentar una nueva vida sepultaron unas heridas de las que Alicia conocerá tras la muerte de su abuela. Será un viejo álbum de fotos y un viaje a Berlín el que nos guíe por este recorrido vital que arranca en el año 1936 y llega hasta nuestros días, sacando a la luz a una Paulina desconocida para todos, la niña que vivió el horror de una guerra y que a pesar de, en su adolescencia, encontrar refugio en medio de una familia pudiente, en el Madrid de posguerra, tendrá que enfrentarse a otras múltiples vicisitudes que la obligarán a reinventarse para emprender nuevos caminos.

A través de una prosa cuidada y elegante, Carmen Romero nos adentra en una historia de secretos e intrigas familiares, donde el amor, el dolor, la culpa o la maternidad tendrán un peso importante, que destila sensibilidad y dulzura por momentos y nos arrastra a conocer otras muchas atrocidades en otros.

Un narrador omnisciente nos irá desvelando el pasado de Paulina y los miedos de Alicia en una novela que, con continuos saltos en el tiempo, nos moverá a través de tres escenarios: el Berlín nazi y la alta sociedad de Madrid y Málaga en la posguerra, una ciudad, esta última que será como un bálsamo para estas vidas que se hacen jirones una y otra vez. Presente y pasado se irán alternando a la vez que las semejanzas entre abuela y nieta van saliendo a la luz. Desenterrar el pasado de su abuela no solo servirá a Alicia para entenderla mejor sino para enfrentar sus propias cruzadas.

Si algo queda patente en El secreto de Paulina Hoffmann es el buen hacer de Carmen Romero y su pasión por los libros. A pesar de ser su primera incursión como escritora, se evidencian sus tablas: el manejo de los tiempos, la alternancia de los hilos, y esa agilidad y tensión narrativa de la que ha dotado a esta lectura que, sin tener un ritmo frenético, se convierte en un auténtico vuela-páginas por el interés que consigue despertar en el lector.

Paulina va a ser el personaje que más trazado tenga en la historia, no en vano la conoceremos desde niña hasta su muerte. Una mujer que experimenta una evolución coherente con la vida que le toca enfrentar. Aunque Julia, la madre de Paulina, es un personaje secundario a mí ha sido uno de los que más me ha emocionado con ese amor de madre que, aunque la autora esparce a través de los diferentes personajes, de la novela, fue ella la que tuvo que pagar un precio más alto por él. Y, por supuesto, Alicia, una mujer que irá madurando a la vez que conoce la historia de su abuela.

El secreto de Paulina Hoffmann es una novela preciosa; una historia de mujeres, con una protagonista especialmente valiente y una vida apasionante. Una novela salpicada de constantes referencias a la literatura y al arte (imposible no mencionar esa imagen con la que ha conseguido trasladarme a la Feria del libro de antaño), que combina ficción y realidad y a través de la que la autora ha sabido mostrar el fiel reflejo de la mentalidad de una época en la que la mujer tuvo que demostrar demasiado para llegar al mismo puerto que el hombre, que nos habla las huellas de la guerra y de la importancia del amor y los hijos como pilares de nuestra vida.
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Me ha gustado mucho este libro. Tengo que decir que no es tan histórico como pensaba, puesto que sólo da algunas pinceladas para ambientar la historia, es más de personajes, de su evolución.

La escritora ha sabido crear esos personajes para que todos te saquen algún tipo de sentimiento hacia ellos, ternura, odio, pena, etc.

El personaje de Paulina me ha encantado ya que es una persona con sus luces y sus sombras, sus errores y sus aciertos, pero me gusta como encara su vida y lucha por su familia e hijos.

Además tiene un bonito final que te hace pensar. Si no conoces a la autora, la recomiendo.

Ayyyy, como me gustan estos libros. Un canto al amor, a la familia, a las raíces, de lucha y supervivencia, de amistad y de secretos. Un libro que, con saltos en el tiempo, nos cuenta una historia tan bonita que se te encoge el corazón. Un libro de esos que cierras con pena por despedirte de sus personajes y decir adiós a su historia. Sin duda, arranca bien este 2020 de lecturas y este va directo a mis favoritos. 
Valoración: 9/10

Paulina ha sido una de las mejores compañías literarias que he tenido últimamente. La autora, con una narrativa fresca, repleta de sensibilidad e inteligencia y giros inesperados, nos adentra en una historia tan aterradora como enternecedora sobre la lucha de una mujer que, después de toda una vida, consiguió perdonarse a sí misma. Conoceremos la historia de Paulina a través de los años y de todos los que vivieron con ella, así como de su nieta Alícia en el presente. Un viaje fascinante por la cara devastadora y la amable de las calles de Berlín, Madrid y Málaga, que he devorado en muy poco tiempo y que se me ha hecho demasiado corto. Un pellizco para el alma necesario; una excelente historia que dudo mucho que a alguien pueda disgustarle.

No suelo traer muchas novelas de corte generacional en las que se narra el pasado y el presente de una familia a través de varios de sus miembros, pero de vez en cuando cae alguna, como es el caso del libro que os traigo hoy. Ya lo he dicho alguna vez, no es que no me gusten, es que siempre tiro para otro tipo de lecturas que me llaman más. Supongo que todos los lectores hacemos lo mismo en mayor o menor medida por mucho que intentemos leer un poco de todo. Pero bueno, el caso es que hoy toca una novela de este género, El último regalo de Paulina Hoffmann.

Alicia llega a Berlín. Su parte es la del presente, la que transcurre en agosto de 2016. Hace algo más de un mes falleció su abuela, Paulina Hoffmann, y en la lectura del testamento Alicia supo que había heredado un piso en esa ciudad alemana, piso del que nadie en la familia conocía su existencia. Ni siquiera sabían que Paulina había estado viajando a Berlín con frecuencia en los últimos años. Alicia se ha dejado a su hijo pequeño en Madrid y ha cogido un vuelo con la esperanza de saber por qué su abuela le ha dejado ese apartamento, pero el equipaje que lleva no solo es el de su maleta. Anda perdida, sin trabajo, con un matrimonio roto a la espalda y sin saber muy bien hacia dónde camina. Ahora, más que nunca, le hace falta la que era su brújula, su abuela Paulina, y esa estancia en Berlín servirá para que el lazo que une a ambas se estreche por última vez.

Por otro lado tenemos a Paulina, la Paulina Hoffmann que da nombre al título de la novela... La relación que unía a abuela y nieta era especial, profunda, más allá de nexos y obligaciones familiares, pero Paulina era una mujer que había pasado mucho, visto mucho, sufrido mucho y callado más todavía, y ese pasado es algo de lo que había protegido siempre a Alicia... Alicia, que adoraba a su abuela, desconocía buena parte de su vida porque Paulina así lo había querido. Paulina no era de hablar, ni de contar ni de compartir. Solo después de muerta, con ese piso berlinés y un álbum de fotos sobre la mesa, abre la puerta para que se conozca su historia.

Paulina Hoffman es en sí misma un caramelo de personaje. Muy bien construido, con una personalidad muy marcada y un recorrido vital que te alcanza la patata en algunas ocasiones. Su historia comienza en 1936 en Berlín. Paulina era alemana (y no judía), pero su infancia y adolescencia durante la Segunda Guerra Mundial muestra la cara de los alemanes que simplemente se limitaron a contemplar lo que se venía encima sin hacer nada y que terminaron pagando su tributo a aquella contienda de la vergüenza. Después, huyendo de una ciudad y unos corazones en ruinas, llegaría al Madrid de la posguerra para vivir en el seno de una familia muy bien situada en el entorno de Franco, y con ello su adaptación a la vida después de vivir rodeada de muerte, el despertar sexual, las decepciones, las escasas alegrías, la muerte de sus seres queridos y la supervivencia en un mundo y una época en los que las mujeres no podían hacer otra cosa más que luchar para abrirse camino. La vida le quitó a Paulina mucho más de lo que le dio, pero ella siguió adelante con paso firme sin mirar atrás. No podía permitírselo.

Desde 1936 hasta 2011, acompañamos a Paulina desde Berlín hasta Madrid pasando por Málaga, las tres ciudades clave en esta narración. Narrado en tercera persona, se va alternando la época presente de Alicia en forma lineal, con la de Paulina en el pasado, que da algún que otro salto. La prosa es sencilla, nada enrevesada, contando lo que quiere contar de manera que llegue al lector sin mayores florituras. Y debo admitir que los capítulos de Paulina ambientados en Alemania son para mí los mejores sin ninguna duda... los que preceden a la Segunda Guerra Mundial, los que trascurren durante ella y los posteriores. Ahí se forja la personalidad de un personaje al que su madre intenta proteger de todo pero que no olvidará absolutamente nada de lo que allí pasó y que, sobre todo en la madurez, volverá en sus recuerdos una y otra vez a aquellos días de su infancia.

Siempre digo lo mismo, pero en este tipo de lecturas, la historia del pasado, o la de la generación más antigua, siempre me parece mucho, mucho más interesante que la del presente. En El último regalo de Paulina Hoffmann no ha sido distinto. La historia de Paulina tiene muchísima más fuerza, más interés y es más conmovedora que la de su nieta Alicia, un personaje que a ratos me ha parecido bastante inmaduro (supongo que es la intención) y cuya trama es bastante previsible en cuanto a su final. Y es que para mí, por encima de Alicia, si hay otro personaje femenino en esta historia que es muy interesante y merece ser nombrado es el de Julia, la madre de Paulina. No puedo contaros lo que este personaje pasa a lo largo de la novela, lo que sufre a través de sus páginas, pero representa la supervivencia con uñas y dientes y el vacío absoluto que le sigue cuando de repente te paras y se te echa todo encima... cuando te alcanza la culpa y el desgarro emocional que no te has permitido sentir cuando solo podías mirar hacia adelante.

Casi todo el mundo parece conocer a la autora por su labor como editora, pero no es mi caso, y de hecho me enteré al leer la solapa del libro. Sí que es evidente durante toda la novela ese amor por la literatura, que vuelca en el personaje de Paulina. Después me he enterado que toda esta historia nació precisamente tras la muerte de su propia abuela a la que estaba muy unida, y entonces también se entiende lo bien construido que está el personaje principal. Precisamente por estar tan bien trazado, se me queda corto el paralelismo que intenta establecer entre su historia y la de su nieta Alicia, que lo ha tenido siempre todo y cuyos problemas se ha buscado ella sola por no querer o no saber afrontar el paso a la madurez... Alicia se encuentra en el punto en el que se encuentra porque en su mente vivía anclada en comportamientos propios de una persona sin ninguna responsabilidad. Como historia independiente quizás funcionaría mejor, pero en comparación con la de Paulina, no he empatizado demasiado con ella, y además, como digo, se intuye de lejos cómo va a terminar su historia.

El último regalo de Paulina Hoffmann es una historia bonita pero dura sobre la guerra, sus consecuencias, la pérdida, el dolor, el matrimonio, la maternidad, la supervivencia en muchas y diversas vertientes, y la valentía y fuerza de las mujeres en una época en la que no podían permitirse ser de otra manera. Es una buena novela, entretenida, bien escrita y que se lee sin apenas darte cuenta, pero que para mí flojea en la historia de Alicia y es lo que ha hecho que no me parezca tan redonda como a otros lectores. Aun así, ya digo que esto es una preferencia personal que me ocurre en casi todas las novelas de este tipo, y no por ello deja de ser una lectura recomendable, que lo es. A título personal, creo que aunque Paulina le hace un último regalo a su nieta Alicia, el regalo de esta novela son precisamente la propia Paulina y su historia.
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¿Quién no adora a una abuela? La fuerza de la unión entre un nieto y una abuela creo que es algo único, especial y que todos comprendemos. Si además tu abuela ha sido más que eso, pues también ejerció como madre, como protectora y como confesora, nos podemos imaginar lo que puede suponer una pérdida así. Por eso Alicia se siente desolada, vacía. Un pedazo de ella misma se ha ido con su abuela Paulina. Pero no puede evitar emocionarse cuando descubre que esta le ha dejado un piso a su nombre en Berlín. Nadie, ni siquiera sus hijos, conocían la existencia de ese piso. Y Alicia no puede evitar emocionarse al pensar que su abuela la eligió a ella.

"Esas horas, esas tardes, se han convertido para ellas en algo delicado y perfecto. Algo que nadie más debe tocar"

La elección de Berlín no fue al azar, su abuela era de origen alemán y fue en esa ciudad donde vivió la IIGM, y de la que tuvo que escapar años más tarde. Así que Alicia viajará hasta la ciudad alemana para descubrir por qué motivo quería que ella fuera hasta allí, qué último mensaje le quería transmitir.

Ese viaje y el antiguo álbum de fotos, que comentaban cuando ella era una cría, le acercarán al pasado y los secretos de su abuela; una mujer que desde pequeña supo el significado de la supervivencia, del horror de una guerra y el dolor que causaban sus consecuencias.

El cambio temporal en la narración nos trasladará a la infancia de Paulina, al entorno de una alemania nazi y a las terribles consecuencias que esta tuvo para su familia. Quedando Paulina y su madre solas en un entorno en el que la mujer era una figura vulnerable. Aunque su madre, otra gran luchadora, consiguió salvarla y viajar hasta el Madrid de la posguerra para tratar de llevar una vida normal, pero allí tampoco las cosas resultarían fáciles para la adolescente que era en ese momento.

Paulina es un personaje admirable, por todo lo que representa como mujer, porque luchó por lo que más quería y porque no dudó en salvarse a sí misma en los peores momentos. Y aunque Alicia es un personaje también muy interesante, con sus propios miedos e historias, su abuela capta toda nuestra atención. Paulina brilla e inunda la narración de un halo de ternura que es inevitable sentir.

Cuando una historia sale del corazón, de la experiencia de los sentimientos se nota. Carmen Romero se ha inspirado en su relación con su abuela para crear una novela perfecta. Perfecta por su contexto histórico del pasado y las terribles consecuencias para las mujeres, por Paulina que supo anteponerse a todo y por toda la emoción que implica ser nieta de alguien tan especial. Todo el conjunto hace que sea una historia absorbente y emocionante.

"El último regalo de Paulina Hoffmann" además de ahondar en un periodo histórico conocido por todos, destaca por la especial relación de dos mujeres que vivieron circunstancias muy diferentes, que poco tienen en común sus vidas, y sin embargo el lazo de unión se nota hasta el final. Pues Paulina, sigue siendo abuela hasta el último momento, dando lo que necesita a su nieta, la sigue guiando y protegiendo para que encuentre su felicidad. La da su último regalo.

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Siempre me gustan las historias contadas a base de saltos temporales y con diferentes protagonistas en cada uno de ellos.
Así que la que traigo hoy, me tenía ganada del tirón.

Empezamos con Alicia, en el 2016, con su abuela Paulina recién muerta y leyendo su testamento, donde le comunican que ha heredado un piso que la difunta tenía en Berlín… y del que nadie conocía su existencia.
Así, Alicia se embarca en la vida de su abuela, con la que tenía más confianza que con nadie y sin embargo empieza a darse cuenta de que era toda una desconocida.

Vamos cambiando del 2016 al 1933, pasando por 1938, por mediados de los 50 y llegamos incluso a primeros de los 2000, enlazando con la vida de la propia Alicia.
Asistimos a la niñez y prematura madurez de Paulina, que vive la Segunda Guerra Mundial de pleno, con pérdidas irreparables, tanto a nivel personal como psicológico; poco a poco va creciendo, con sus dramas y penurias típicas (y no tanto) de la edad, para irse enlazando con la niñez de Alicia y esos lazos que solo pueden tenerse con los abuelos.
Mientras tanto, la joven se planta en Berlín para intentar averiguar por qué su abuela decidió volver a sus raíces sin decirle nada a nadie. Pero sólo encuentra un álbum de recortes viejo… y un antiguo rollete que trabaja en la ciudad.

Me encanta cómo está contada la historia, con saltos en el tiempo -de futuro a pasado y viceversa- que forman los capítulos del libro, a su vez estando divididos en otros tantos; lo suficientemente breves como para dejarte con la miel en los labios en el momento justo y seguir leyendo “casi obligada” para ver qué pasa después.
Personajes muy bien construidos, donde nos presentan principalmente a mujeres fuertes, heroicas y con carácter, que saben lo que quieren y cómo conseguirlo, con los sacrificios que eso conlleve. Descripciones sencillas, yendo al grano sin enrollarse demasiado, y aportando mucha fluidez a la hora de seguir la lectura, haciendo literalmente que no puedas parar de leer.

En este debut, la autora nos deja pasajes realmente duros, que me han puesto los pelos de punta, principalmente cuando se centra en la infancia de la abuela; pasando por otros melancólicos y agridulces, variando de unos a otros de forma magistral, construyendo una historia realmente bonita aún con su tragedia (que la tiene).

Un libro que no dudo en recomendar y que pasa YA a mi Top personal de las mejores lecturas del año… sí, lo sé, solo estamos en marzo, pero me ha dejado huella y la necesidad de volver a leer a Carmen Romero Dorr en cuanto pueda.