Aura tira los tacones y echa a volar

La vida es un gran viaje por una autopista en la que unas veces el asfalto está perfecto y otras hay baches, pero que con el compañero adecuado al lado, se convierte en el mejor regalo desde que nacemos.

Él es la única persona que hace que sienta la música, que las letras se me instalen en el corazón y los acordes se conviertan en mi propia sangre que recorre mi cuerpo al completo.

Éramos diferentes, sí. Sin embargo, un puzle no quedaba perfecto con piezas iguales.

Tú estás en el pico de la pirámide de las cosas que me importan. Tu sonrisa es la que lo corona.

Si fueras una canción, serías mi favorita. Podría estar escuchando la letra todo el día y aunque me la supiera de memoria no me cansaría. Y tu melodía me acompañaría en la cabeza allá donde fuera.

Que nadie te diga que transformar tu sueño en realidad es fácil. No hay éxito sin sacrificio.

Por mucho que lo intentes, las cenizas nunca se vuelven a convertir en llamas. Es imposible.

Para mi la vida, además de medirse en sonrisas, también se calibra con las miradas.

Enamorarse es elegir una opción y rechazar veinte y, aun así, sentir que sales ganando.

Si el amor no es intenso, épico, bueno, real y tan loco como para aferrarse con uñas y dientes a tu corazón, es mejor dejarlo ir. Ya hay demasiadas cosas mediocres en esta vida como para que el amor sea también una de ellas.