La mala jugada

Hola lectores, hoy quiero platicarles sobre un libro que me hizo recordar mi propia infancia, los años 80's, sin tabletas ni celulares, sin Netflix ni internet, esa infancia vivida en el barrio, en la colonia, rodeado de amigos, cuando jugábamos con la imaginación, donde nuestro juguetes e instrumentos eran palos, sogas y piedras, donde nos ensuciábamos las manos y la ropa, jugábamos con tierra, nos mojábamos y tomábamos agua de la llave más cercana cuando teníamos calor o después de la partidita de fútbol, esa infancia llena de aventuras y travesuras, de felicidad porque vivíamos una vida plena sin ataduras a la tecnología o la televisión, sin duda hubo momentos tristes, peleas y miedos pero siempre prevalecía la amistad y la felicidad.

Así de emotivo fue para mi leer La mala jugada de Rogelio Guedea quien por segunda ocasión consigue mover fibras de emociones dentro de mí con este libro, es el segundo que leo de él y lo he vuelto a disfrutar completamente.

La mala jugada es un libro de Ediciones Castillo recomendado para niños y niñas con una edad lectora de 10+ años, pero que además pareciera estar escrito para aquellos adultos que encontramos en sus páginas un retrato de nuestra propia niñez. Eso sin embargo no significa que los niños y niñas no lo puedan disfrutar, de hecho, mis dos hijos, de 8 y 10 años lo gozaron mucho también, las aventuras vividas por la pandilla compuesta por Tete, Chirris, Carlangas, Suarez, Pelón y Juanjo los emocionan mucho y la forma de narrar de Rogelio tan coloquial y cotidiana hace que disfruten mucho de la lectura, lo hace un libro muy ágil y rápido de leer.

Les platico nuestra experiencia leyéndolo, lo leíamos por las noches antes de dormir y se generó una dinámica muy padre porque muchas de las cosas que Rogelio explica que hacían los niños sorprendían a mis hijos y eso daba pie a que tanto mi esposa como yo pudiéramos contarles nuestras propias anécdotas de la infancia, y eso nos regaló momentos en familia muy bonitos.

Ambos coinciden en que el libro es muy divertido, sin embargo, como la vida misma, no todo es alegría, hay algunos momentos en donde nos pusimos tristes y algunos otros en donde hasta asco no dio, pero esa es la parte genial del libro, que en todo momento nos hacía sentir algo, y eso lo consigue Rogelio con su pluma.

En esta historia hay de todo, aventuras, travesuras, tragedias, miedos, amor, amistad, familia e incluso un caso policiaco, esto es sorprendente para un libro de tan solo 141 páginas.

Acompañando a la historia la edición nos regala unas ilustraciones hechas por Luis Safa, debo decir que se tratan, en mi punto de vista, de ilustraciones con un tono lúgubre, pero geniales a la vez, de lo que no hay duda, es que retratan las escenas narradas en el libro de excelente forma, de hecho, al igual que las palabras consiguen hacernos sentir infinidad de cosas por sí solas. Y por si eso fuera poco, al final nos regala un mapa del barrio donde se desarrollan estas maravillosas aventuras, cerrando así con broche de oro este bello libro.

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