Pinar, piscina, plenilunio

Pinar, piscina, plenilunio es una novela que me ha sorprendido gratamente. Está dividida en tres partes, aunque podría decirse que son capítulos, pues es una misma narradora, la misma voz de mujer la que nos guía a lo largo de la obra.
La novela empieza en una urbanización creada para las vacaciones de verano, donde la narradora, que en este momento es una niña, pasa esos meses junto con su familia. En esta primera parte de la novela se recrean vivencias y reflexiones en las que me he visto reflejada, y he vuelto a los veranos de mi infancia. Pero esa etapa mágica queda truncada por un trágico suceso, y partir de ese momento las cosas parecen ir sólo a peor.
La segunda parte está narrada por una mujer, propietaria de una de las casas de esa urbanización. Los hechos pasan en una sola noche en la que ella organiza una fiesta para conocer a los vecinos y acaba encerrándolos, argumentando que han sido los niños que les están gastando una broma. En este momento puede verse las diferentes reacciones que tiene este grupo de adultos atrapados, desde el deseo sexual hasta la violencia que surge de la propia frustración.
Por último, en “Plenilunio” nos encontramos con la voz de una mujer que reside de forma permanente en la urbanización porque veraneaba ahí de niña (¿la niña de la primera parte?), y con quien vemos la decadencia en la que se encuentra no sólo la urbanización, sino también el mundo en general. En las ciudades ya apenas hay tiendas, todos malviven (o sobreviven) como pueden.
Pinar, piscina, plenilunio es una novela con muchos temas que convergen: el fin de la infancia y la inocencia, la soledad buscada, la violencia latente en todas partes y en cualquier contexto y la degradación progresiva de nuestro alrededor y de las mismas personas. Todo eso con la imagen del pinar de la urbanización, un lugar que alberga miedos y esperanza a la vez; el pinar protege tu privacidad, te da invisibilidad; pero al mismo tiempo se muestra amenazante y oscuro.
Como decía al inicio, la novela para mí es un todo, no hay partes independientes, y la voz es la misma que nos guía a lo largo de todas las páginas, mostrando la evolución de la persona y de su entorno. Ha sido una lectura amena y adictiva, sorprendente, totalmente recomendable.

La escritora nos lleva con ella ,en la primera parte Pinar, desde su infancia en esos veranos interminables de sol y amistades...
En la segunda parte piscina, nos adentra en el mundo de los adultos y las relaciones.Como nos relacionamos con los extraños y como actuamos en función del rol que queremos desempeñar, muy original esta parte.Y por último plenilunio, una historia más oscura un futuro incierto y desconcertante donde la naturaleza sufre los excesos de la huella del ser humano.
Una novela diferente que nos habla del pasado presente y futuro de un mismo lugar.Un pasado añorado, un presente teñido por las ansias de evolucionar socialmente gracias al capitalismo.Y un futuro con todas las consecuencias de este agotamiento del medioambiente provocado por la codicia humana.