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ISBN : B085MNQWV1
Editorial: Seix Barral (02/06/2020)

Calificación promedio : 3.5/5 (sobre 14 calificaciones)
Resumen:
La vida de Irune transcurre entre su casa y la fábrica de papel en la que trabaja, en un pueblo industrial cerca de Bilbao. Insegura, algo maniática e hipocondríaca, esta mujer es capaz de enfrentarse al mundo cuando cree que debe hacerlo, e intenta vivir de acuerdo con unos valores que la sociedad parece haber olvidado. Su círculo se reduce a los compañeros de trabajo, la vecina y un operador de Renfe al que llama furtivamente para consultar horarios de trenes que ... >Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (5) Añadir una crítica
Beatriz_Villarino
 08 July 2020
Leer y escribir el presente es hacer estallar constantemente el pasado. La narrativa de Los últimos románticos está, desde el comienzo, en constante lucha con el tiempo. Es una escritura sencilla pero cargada de imágenes sugerentes que nos atraen desde la primera línea, «Las cosas pasaron como pasan los trenes de mercancías: con un estruendo de velocidad anunciado desde lejos». Esta velocidad es la que experimenta el lector ante la novela y, sin embargo, Irune, su protagonista, debe esperar cuarenta años para que llegue un cambio importante, puede que el definitivo, en su vida. Hasta ese momento Irune ha vivido en el pasado; desde el momento en que ella misma se ha ido negando un futuro, desde el momento en el que decide, o pretende, moverse en una eternidad inmutable. Irune temía a los cambios. al morir su padre se cobija en su madre, capaz de mantener vivo el recuerdo de una infancia familiar feliz. Cuando también muere la madre, no lo duda y se muda a una casa frente al cementerio solo para “ver” a sus padres desde la ventana. La soledad y el desamparo son fruto de su falta de confianza en ella misma, fruto del miedo al cambio. Por eso ante el más mínimo contratiempo sufre; no quiere ir al médico por si le diagnostican una enfermedad grave, no cambia de trabajo aunque su puesto en la fábrica de papel sea monótono, no tiene verdaderos amigos porque teme dar el primer paso.

Txani Rodríguez escribe, con un estilo natural, la vida de Irune, una mujer atrapada paradójicamente en su mundo de papel. Una mujer que abandonará ese mundo cuando se queme la fábrica, cuando arda todo el papel que, metafóricamente, la asfixia. Se alejará para poder respirar fuera de un pasado que no era de ella, sino de quienes lo forjaron para ella. Y este nuevo presente llegará, también con una bella metáfora romántica, de la mano de quien la ha estado ayudando a construir el futuro en su imaginación.

La novela comienza con la imagen de un tren que pasa anunciando algo, un tren que deja paso a otro y a otro, hasta que la protagonista se decide a subir en el que la llevará a su realidad.

Txani Rodríguez descubre una sociedad de hoy en día, un pueblo de Bilbao que vive de la industria y en el que los valores solidarios se pierden aplastados por el poder y la beatería religiosa. En ese mundo egoísta Irune reclama, a su manera, la justicia, la bondad, la alegría que ella vivió de pequeña. Es cierto que se va encontrando con gente buena pero también lo es que esas personas van siendo borradas por quienes ostentan la fuerza, el dinero o el poder. Personajes que van desapareciendo como el hijo drogadicto, la vecina Paulina, el compañero huelguista Iker… personas débiles que de una forma u otra han quedado despojadas de sus sueños, obligadas a subsistir en algo que no es una sociedad porque no se busca el bienestar común sino el individual.

Los capítulos cortos de la novela aportan un ritmo rápido, como el paso del tiempo. Las llamadas constantes a Miguel María reflejan el carácter obsesivo de Irune y alertan de la pérdida de oportunidades. Son trenes que ella deja pasar, sueños que se van evaporando hasta que es consciente de lo que verdaderamente importa.

Los últimos románticos está escrita en primera persona, es la autobiografía de Irune; puede parecer que hay una falta de argumento pero en realidad, la clave nos la da la propia autora al final, cuando la protagonista, subida al tren que la alejará del pueblo, lee el cómic que llevaba para el viaje, «una vez terminada la lectura, comprendemos que, en realidad, a lo que asistimos es al paso de la adolescencia a la madurez del protagonista».

Así pues, la adquisición de la sensatez es el asunto fundamental de la novela, el eje sobre el que giran otros temas como el amor incondicional de una madre, que va más allá de la muerte, el poder de la naturaleza y los esfuerzos vanos que realiza el hombre para derrotarla, el valor de la solidaridad entre las personas, la deshumanización que conllevan las religiones, el interés egoísta del ser humano, la necesidad de trabajar o la tristeza de la soledad.

No falta el humor en la novela de Txani Rodríguez, de hecho lo usa de manera sutil para que Irune vaya relatando sucesos mientras deja rastros de su personalidad. Su vida ordenada, rutinaria, se ve alterada en ocasiones con hechos actuales, fruto de una sociedad cuyo fin no es el cuidado de los ciudadanos sino el ánimo de lucro, «las gasolineras me resultan muy antipáticas: venden unos bocadillos malísimos a precio de carabineros […] Pero lo que más rabia me da es que tengan la desvergüenza de vender en Burgos sobaos de Cantabria […] cambiándolo todo de sitio».

También con cierto buen humor resignado da pistas de su edad «me dijo la doctora, que era más joven que yo, como casi casi todo el mundo». El carácter solitario de Irune es consecuencia de una sociedad perfectamente comunicada en la que sus habitantes están aislados, «Mi madre conoció la vida de vecindario».

La protagonista se resiste a romper el vínculo familiar, por lo que, una vez muertos sus padres, realiza actividades que denotan cierta extravagancia no exenta de humor negro «Además, todos los sábados les llevaba un ramo de flores de papel higiénico, blanco y esponjoso».

En ocasiones el humor y su forma de ser la llevan a exponer determinados principios que no parecen tan evidentes a quienes gobiernan; la sonrisa del lector, ante algo que se presenta como extravagante, se transforma en tristeza al darnos cuenta de lo poco que el hombre valora al hombre «Ningún país moderno debería tener muertos sin sepultura». Y dentro del humor negro no faltan tiernas greguerías que nos ablandan el corazón con la ternura de la inocencia «Los nichos son casas minúsculas en las que recogerse cuando se hace de noche».

Irune encaja bien los golpes, intenta ver la vida de manera optimista aunque esté llena de decepciones, de ahí que sus deseos, bastante abnegados como echar en falta un trabajo cuyos jefes no regalen a sus trabajadores rollos de papel higiénico sino «galletas de chocolate, por ejemplo», o sus temores se diluyan con facilidad, «porque la multiplicación de problemas siempre produce el beneficioso efecto de la dispersión».

La protagonista no soporta la falta de solidaridad, ni en el trabajo ni en su barrio, por eso es capaz de dejar que la echen de la fábrica aunque su presencia entre los huelguistas sea casual; pero su carácter inconformista, fruto de tener unos valores totalmente claros, es incompatible con otra de sus características, la indecisión, de ahí que, en principio, pase por alguien hipocondríaca, anodina, anclada en la niñez, tímida hasta que llega un momento en el que deja aflorar una determinación absoluta aunque la perjudique. En ese momento es cuando toma una decisión, empezar de nuevo, coger un tren que le presenta la vida para experimentar un cambio. Y es en ese momento cuando Los últimos románticos adquiere un tono épico, apasionado, de película.

Enlace: https://elblogaurisecular.bl..
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Slawka
 13 March 2022
Hace dos semanas, en la tertulia literaria en castellano en la Biblioteca Municipal de Ermua tuvimos la suerte de contar con la presencia de la autora y periodista Txani Rodríguez. Charlamos con ella sobre su novela Los últimos románticos publicada por Seix Barral en 2020, ganadora del Premio Euskadi de Literatura 2021 en lengua castellana. El encuentro se nos hizo muy corto y definitivamente esperamos poder repetirlo un día. Mientras tanto os traigo mis impresiones sobre la novela.


Pocas novelas modernas hay que directamente hablen sobre la realidad del trabajo en las fábricas, algo bastante raro considerando cuanta gente trabaja allí. Así que en este aspecto Irune, el personaje principal de Los últimos románticos, nos parece muy cercana. Aparte de eso, su vida nos resulta de alguna manera aséptica, rara. Hay momento que me preguntaba si podría ser autista, por qué sus relaciones con los demás resultan tan incómodas que no podemos identificarnos con ella. Pero este es uno de los puntos más fuertes de esta historia, el querer entender, descubrir las razones detrás de cómo vive Irune.


Me resulta muy significativo que un personaje que algunos describieron como soso o anodino, es el único que sin dudarlo hace lo correcto. A veces, como en caso de la situación familiar de su vecina, conscientemente y otras veces, como en caso de la huelga, por casualidad, por no estar sola, por tener que pensar en su salud. Esto se puede resumir diciendo que Irune es solidaria, es un reflejo del mundo pasado. Su distanciamiento y soledad mucho tienen que ver con no encajar en la sociedad moderna, con sus contactos superficiales llenos de intereses. Irune necesita algo más. Y Los acontecimientos a su alrededor la empujarán a tomar un camino. No os voy a decir cuál es, mejor que lo leáis, pero de una vez por todas tendrá que decidir qué quiere de su vida, como quiere seguir. Irune es una de las últimas románticas, ¿cambiará o podrá sobrevivir con los valores que le inculcaron sus padres?


Otro elemento destacable de la novela es sin duda la naturaleza, su alteración irreversible. Encontrar el equilibrio entre lo industrial y urbano y el paisaje natural parece un problema paralelo conectado al de encontrar el equilibrio entre el pasado y el futuro, la nostalgia y la modernidad.


Podría seguir hablando de temas y motivos en este libro, pero lo que lo hace tan especial son los detalles, los matices. Irune trabaja en una fabrica de papel y en su tiempo hace flores o figuritas de papel higiénico. Irune nunca ha salido de su pueblo, pero en momentos de angustia llama a la infolínea de Renfe para oir la voz de Miguel María. Irune tiene un móvil y un ordenador, pero no los suele usar. En su tiempo libre, a veces, ve documentales sobre naturaleza. Irune tiene su propio piso, pero vive en uno alquilado para poder ver desde la ventana el cementerio donde están enterrados sus padres. Irune es el personaje menos adaptado que he descubierto en mucho tiempo, pero a la vez todo en ella es tan bonito, que a pesar de no entenderla, sufrimos con ella.


Es una novela triste, llena de nostalgia por los tiempos pasados, por las actitudes más amables que cada vez se ven menos. Y sin embargo a veces nos saca una sonrisa y su final nos da esperanza, el futuro de repente no parece tan gris. Es una lectura rápida, pero las sensaciones que transmite se quedarán con nosotros durante un tiempo.
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crismonteoliva
 11 May 2021
Las rutinas en las que nos refugiamos, ¿nos hacen ser felices? ¿Es la vida que tenemos ahora la que deseábamos de niños o adolescentes? ¿Qué nos impide emprender los cambios que podrían conducirnos a lo que de verdad queremos en la vida?, tal vez te preguntes, como he hecho yo, en cuanto conozcas a Irune, la protagonista de Los últimos románticos, la nueva novela de Txani Rodríguez de la que hablaremos a continuación.
Tras la muerte de sus padres, Irune decide alquilar un piso frente al cementerio en el que están enterrados en vez de vivir en la casa familiar. Mientras hace manualidades con el papel que le corresponde por su anodino trabajo en la fábrica papelera, sueña con viajar por España y Europa (a ciudades que parece conocer muy bien) junto al hombre que le informa de los horarios de los trenes cada vez que ella llama por teléfono. Su vida transcurre así, tranquila y sin objetivos claros, hasta el día en el que cree caer gravemente enferma. Será entonces cuando Irune preste aún más atención a lo que sucede al otro lado de la pared, en la casa de sus vecinos, a las manifestaciones en la fábrica por los despidos injustos y a lo que ella verdaderamente quiere en y de la vida.
Irune, la narradora y protagonista de esta novela de corte intimista, luminosa y reveladora, es una mujer que renunció a sus sueños por quedarse lo más cerca posible de las tumbas de sus padres. Su trabajo en una fábrica en una localidad cercana a Bilbao le da para seguir con esa vida rutinaria llena de manualidades y llamadas telefónicas al servicio de información de los horarios de los trenes para escuchar la voz del hombre con el que tal vez debería estar. Pero tal vez no para ser feliz.
Un día, Irune encuentra algo en su cuerpo que la hace creer que está gravemente enferma. El creer que puede morir hace que sus sentidos se agudicen, que preste aún más atención a esa amable vecina que vive con su hijo, un tipo que no deja de molestar a la propia Irune mientras maltrata a su progenitora; a la indiferencia de unos vecinos que prefieren mirar a otro lado antes que ayudar a los demás, siempre en post de la hipócrita tranquilidad vecinal; a los trabajadores que se manifiestan por los próximos despidos; hasta a la voz de Miguel María López, el hombre al otro lado de la línea de información de los horarios de los trenes y del que lleva mucho tiempo enamorada.
Irune, la mujer que confiesa que cree poco en el amor pero menos aún en la amistad, aunque sí mucho en la enemistad, es en realidad una soñadora inteligente que reflexiona, a lo largo de la narración en sus continuas e interesantes disgresiones, sobre el problema que conlleva para la zona la plantación masiva de eucaliptos (una especie que ha acabado desplazando a las autóctonas), los ecos que aún quedan del terrorismo (un problema que tal vez nunca pueda enterrarse del todo) o la desgracia que supone el cierre de las fábricas para una población que se aferra a la industria como eje de su economía, entre otros temas interesantes. Con miedo, pero también valentía, deberá enfrentarse a la posible enfermedad. Pero, sobre todo, a la posibilidad de un cambio aún más drástico que una larga estancia en el hospital: el que hará que por fin sea feliz.
Los últimos románticos, en definitiva, es una novela sobre una mujer que ha de buscar su camino para ser feliz, pero también una profunda historia con la que pensar en cómo somos en la intimidad y en sociedad, en lo que hace que un país se mueva, en lo que de verdad queremos y mucho más. Y tú, ¿te unirás al club de los últimos románticos? ¿A qué esperas para descubrir esta singular novela?

Enlace: https://laorilladelasletras...
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chris_books_
 24 August 2023
Los últimos románticos, de Txani Rodríguez, es una novela breve que me crucé en la biblioteca. Tenía ganas de leer algo de la autora, así que ni lo dudé. No sabía ni tan siquiera de qué iba pero su cubierta y título llamaron mi atención ("spoiler", no tienen mucho que ver con la historia 😅).

El libro gira en torno a Irune, la protagonista de esta sencilla historia que nos relata su vida diaria, que actualmente es poco más que ir de casa al trabajo y del trabajo a casa. Sin pareja y con crisis en el trabajo, esto será lo que iremos descubriendo a lo largo de sus páginas.

Tengo que decir que la trama en sí no me ha apasionado, de hecho creo que en unas semanas no recordaré prácticamente nada de lo que aquí ha ocurrido, pero sí que es verdad que la he disfrutado mucho tanto por cómo escribe Txani cómo por esa protagonista tan peculiar. de hecho, aunque no es una historia que enganche, yo me la bebí, aunque también es verdad que, como decía, es muy breve.

En definitiva, una novela que he disfrutado bastante pero que tampoco se quedará en mi recuerdo mucho tiempo, me temo.

6'5/10
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Yannick
 05 June 2022
La complejidad de las pequeñas cosas en “Los últimos románticos” de Txani Rodríguez. Un viaje por la vida de Irune, una mujer de cuarenta años que no encaja con los prototipos de la sociedad, alguien escondida tras las muchas capas que vivir en un pueblo industrial y de clase obrera puede imponerte.
Como parte de la margen izquierda trabajadora, con un padre que pasó su vida laboral en esa acería y como mujer casi en la cuarentena que tampoco acaba de encajar en los cánones establecidos, ha sido desasosegante y esperanzador viajar junto a Irune.
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Las críticas de la prensa (1)
Laverdad10 June 2020
La autora alavesa retrata en esta obra a una joven que se rebela ante una realidad que no le gusta.
Leer la crítica en el sitio web: Laverdad
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