Seguir nadando es un libro que, ante un bloqueo lector te despertara de ese letargo y estando en el apogeo de la lectura sólo te hará querer más. Desde su simpleza nos lleva a la cotidianidad de la vida y de su dureza. Como un acontecimiento nos puede anclar en un espacio y tiempo, dónde el duelo grita en silencio. Es una historia que ni romantiza y dulcifica ni victimiza y da pena, sencillamente narra la evolución del personaje sin edulcorar y haciendo que sea imposible no empatizar con él. Moisés despierta diferentes emociones pero no será el único. Te animo a leer esta obra y a conectar con la vida. |