El descubrimiento del estoicismo ha supuesto una especie de epifanía. Me ha enseñado que la filosofía es la auténtica autoayuda por una simple razón: mientras ésta es extrínseca, es decir, nos viene de las ideas que alguien, desde el exterior, nos intenta inocular por medio de ejemplos muy particulares, casi siempre tramposos y pocas veces aplicables a nuestras vidas, aquella, la filosofía, es intrínseca. Intenta, desde nuestro interior, extraer aquello que ya poseemos y que nos ha de ser útil para darle algún sentido a esta vida que en ocasiones nos parece tan confusa. En cuanto al libro, es un complemento perfecto a "Como ser un estoico" de M. Pigliucci. Podrían, de hecho, ser dos volúmenes de una misma obra. Lo considero imprescindible, igual que aquel, para introducirse en esta filosofía de vida antes de adentrarse en el mundo de los clásicos. Quizás lo más impactante es darse cuenta de lo poco, más bien nada, que ha cambiado nuestra forma de pensar, de ver el mundo y de relacionarnos con los demás en 2000 años. + Leer más |