La Casa de los Artistas

Lo que peor me ha venido al empezar este libro son las expectativas que llevaba encima, es decir, la culpa es mía porque nadie me podía asegurar que el libro me encantase, pero como que por medio de reseñas y opiniones... al final me había creado yo misma mi propia historia y no ha sido lo que realmente me he encontrado entre sus páginas.

Primero de todo, no se trata de una novela con trama, sino una historia de personajes y, aunque al principio había conseguido cogerle cariño a Anya, su forma de ser ha sido bastante cansina y pesada durante toda la historia hasta el punto de que no he encontrado en ella a la chica centrada y pendiente de evolución de las primeras páginas. Jaime no ha sido un mal personaje, es más, diría que es al que más cariño he cogido, no tiene pelos en la lengua y a veces se cree que es algo que realmente no es, pero en el fondo lo sabe, aunque tenga líos de una noche y constantemente lo haya estado proponiendo a la propia protagonista, es su forma de ser, con un carácter lleno de humor que ha dado vigila a la historia. Y Joe, realmente me ha costado comprender que tiene la misma edad que los otros dos personajes —o, al menos, así lo he entendido—, es serio y cerrado, apenas he podido conocer retazos de su personalidad, aunque le toca llevar cierta situación dramática encima y la manera que se trata me parece con sentido, creo que pasaba demasiado de "no importa" a "soy una persona muy seria". del resto de personajes ni puedo hablar, porque solo son pinceladas aquí y allá, incluso los niños del orfanato que se supone que son muy importantes en la vida de los tres protagonistas, apenas tienen un nombre y una habilidad, pero se confunden unos con otros, dejan de cobrar importancia para recordar su relevancia a las pocas páginas, pero aunque se haya expuesto cuánto les quieren y el cariño que les tienen los protagonistas, yo no lo he sentido así.

El drama está bastante bien llevado, trata el tema con delicadeza y cuidado, la manera que afecta a los protagonistas, sus sentimientos y la manera de cómo lo afronta cada uno de ellos. Ese aspecto me ha gustado mucho, porque los tres protagonistas son muy distintos los unos de los otros, por eso me ha parecido muy buena idea esa forma de introducirse en la mente de cada uno de ellos en ocasiones para ver cómo lo sienten todo.

El tema de la "Ley Muda" me ha sabido a poco, sí, hay un bar clandestino donde se toca música, Jaime tiene su trompeta y hay un plan secreto del que apenas se cuentan pinceladas para después explotar de golpe, pero... hmpf, queda demasiado en segundo plano, se lo come el romance que surge y se difumina para quedar muy en el fondo.

Que esa es otra, el romance que surge... No puedo decir que me haya disgustado, ha sido bonito y también el hecho de cómo se demuestra que el uno es un apoyo para el otro, pero el tema de que él le ayude a ella a superar sus miedos, a pesar de que ella se niegue, me ha parecido un gesto de "héroe" que realmente ha resultado bastante vacío. Igualmente aunque ella se haya enfrentado a sus temores, ha seguido con los miedos, solo se demuestra como que él la puede ayudar a evolucionar dentro de sí misma, en vez de ayudarle a que ella misma sea la que los pueda superar y llegue el momento en el que pueda enfrentarse a ellos sola.

Finalmente, el desenlace me ha parecido que avanza un poco a trompicones, tiene bastante sentido, pero llega un punto en el que se acaba la historia de ese momento, para trotar por encima del futuro y llegar a otro nuevo momento. Como que me habría gustado ver más lo que pasa en ese periodo de tiempo.

No ha sido un mal libro, pero no estoy segura de leer algo más de la autora en el futuro, porque considero que no es del todo el estilo de novela que disfruto.