El chico del cartón de leche

"El chico del cartón de leche", nada más leer este título ya se nos viene a la cabeza la típica imagen de una familia americana, desayunando, con un gran bol de cereales para los niños y el brick de leche encima de la mesa. En él, podemos observar una fotografía, de un niño pequeño desaparecido. Posiblemente los adultos hablen del caso, si es reciente, mientras miran a sus hijos y se imaginan por lo que tiene que estar pasando esa familia. Ese niño de la foto, perfectamente puede ser Etan, desaparecido en Nueva York en 1979. Fue la primera vez que se usaban los cartones de leche para difundir su fotografía y llegar a la máxima gente posible.

El caso de Etan y otros niños desaparecidos, son casos reales que veremos reflejados en "El chico del cartón de leche". En ese sentido, su autora, Irene Rodríguez Aseijas, se ha documentado para dar ese toque de realismo dentro de la ficción de la historia.

En "El chico del cartón de leche" conoceremos a Saúl Oliver, escritor de una única novela, pero que fue un best seller.

Saúl tiene un pasado que no le deja vivir el presente, que le marcó de por vida, y en el que ha basado el tema de su propia novela.

Cuando un día escucha en las noticias, que una chica, S.D., ha desaparecido en Jávea, y además recibe un misterioso paquete, la vida de Saúl se ve de nuevo trastocada.

Irene Rodríguez Aseijas nos pondrá los sentimientos a flor de piel, ya que nos lo representa de una manera muy sentimental, y que creo muy fiel a lo que puede ser la realidad.

Por un lado, tenemos la angustia de los familiares frente a la desaparición de un ser querido, y más siendo un menor. Ese salto de corazón cuando comprendes lo ocurrido, la locura de los primeros instantes de búsqueda, gritar su nombre por las calles, pegar carteles o la investigación policial. Por otro lado, tenemos en pequeñas pinceladas de la parte de la víctima, el dolor, el no saber dónde está ni lo que ocurre.

También vemos cómo un suceso así marca a toda la familia, cómo afecta a nivel de salud, en problemas de personalidad o incluso afectar a tu matrimonio, a tu futuro y al resto de tu vida.

Irene Rodríguez Aseijas nos presenta la novela, al principio, diciendo que "no es una novela por capítulos, que no es una novela, que no tiene todo ese aparataje literario, que son sólo apuntes nerviosos y que los capítulos que contiene es para organizar el caos". Leer esta introducción me dejó un poco descolocada, ya que me daba miedo qué iba a encontrar, pero la verdad es que nada más lejos de la realidad. Para mí "El chico del cartón de leche" sí es una novela, sí está estructurada dentro de los casos informativos de otras desapariciones reales que nos da, y sí tiene su sentido. Me ha gustado cómo va saltando de un caso a otro y del pasado al presente.

Me gustaría comentar que he encontrado algún error tipográfico a lo largo de la novela, y un par de incongruencias. No afecta a la lectura del libro, ni a la historia, pero sí que es una pena que se hayan colado en la edición.

"El chico del cartón de leche" es una novela entretenida, amena de leer y que le da un toque fresco al típico thriller o novela policíaca, ya que es más suave y con pinceladas de ensayo.
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