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Si yo hubiera vivido en la Barcelona de la posguerra no creo que me hubieran fascinado las flores ni hubiera sido capaz de fugarme del hogar de acogida para buscar algo que me abandonó entre el humo y el ruido estridente de las sirenas que conformaban una ciudad calada en la desolación. La historia de la Cecilia Ce, sin embargo, se aleja de este contexto urbano abatido y focaliza la atención narrativa en el viaje interior de la protagonista. En "La calle de las Camelias", el mundo interno de la Cecilia toma protagonismo frente a los hechos históricos trascendentales que quedan en un segundo plano intuitivo. de este modo, Rodoreda presenta un relato de introspección psicológica donde lo más destacado es descubrir la vida de su protagonista a través de una narrativa subjetiva, fundamentada por pensamientos inconexos bajo un tono meramente infantil. Esta primera persona femenina, propia del estilo de la autora, pone en relieve un realismo subjetivo donde los elementos poéticos y simbólicos facilitan la comprensión al lector de la evolución de la protagonista. La mención continuada de las flores y el color rojo en todo el relato ayudan a entender el reencuentro progresivo de Cecilia con su identidad. Sin embargo, a diferencia de la ya popular Colometa de "La plaza del diamante", este personaje se nos presenta como la antiheroína de la obra de la escritora, una mujer evocada al fracaso debido a la toma perpetua de decisiones promiscuas que la llevarán a emprender un viaje lleno de desgracias. Así pues, dentro de esta novela circular de investigación vital, Cecilia se ve obligada a crecer y madurar en un entorno patriarcal y cruel; víctima de malos tratos, abortos y relaciones tóxicas que la conducirán a sufrir una degradación física y moral hasta aproximarse a un punto de inflexión feminista que cambiará los papeles de dominación sexista. Aunque se produzca esta posesión de poder, la historia de "La calle de las Camelias" no presenta un desenlace beneplácito. Cecilia Ce, en paralelo a la ciudad de Barcelona, vivirá un proceso angustioso de supervivencia evocado a un final deprimente, predestinado a terminar en el mismo lugar donde todo comenzó. |
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