El tapicero de Wisconsin

La primera novela de Jordi Rocandio, nos traslada hasta la ciudad de Madison donde el inspector de Homicidios Jason Carney, acude a una llamada por una desaparición. Aquí es donde conocerá a Thomas Black, un joven aparentemente normal pero que esconde un oscuro secreto. Poco tiempo después un asesinato con una macabra puesta en escena, hará que el inspector y su compañero Jimmy Johnson comiencen una investigación en la que la falta de pistas les dejará en punto muerto.

Lo interesante en este libro, es que desde el principio conocemos la identidad del asesino: Thomas Black.  El autor nos muestra un esbozo de cómo fue su infancia con un padre maltratador, y como daba rienda suelta a toda esa rabia que sentía. de Thomas conoceremos sus motivaciones y desde el momento cero asistimos al nacimiento de su personalidad.

Así llegamos a la segunda parte, 8 años más tarde. Durante todo este tiempo todo ha estado tranquilo. Todos nuestros protagonistas han seguido con sus vidas.  Pero de nuevo las vidas de Canrey y Thomas, ahora convertido en un médico de éxito, se vuelven a cruzar, cuando el hijo mayor del inspector entre en la Facultad de Medicina y se convierta en su alumno. Además, en ese momento la personalidad de Thomas vuelve a emerger lo que dejara un rastro de asesinatos macabros.

La lectura es ágil, no te da un minuto de respiro. Mientras vas avanzando a lo largo de la investigación, sientes la frustración de los policías al no tener pistas que les ayudes a avanzar. Aunque juegan bien sus cartas para intentar que el asesino pierda los nervios, éste siempre va un paso por delante. La forma de escribir de autor es tan directa que te sumerge en la lectura. Casi parece que estás viendo una película: la sala de autopsias, la comisaría, las barbacoas, los momentos álgidos en los que Thomas comete sus asesinatos….

En cuanto a los personajes que son varios, aparte del guiño LGBT que rompe con el estereotipo que tenemos en mente de policía, el protagonista indiscutible es sin duda Thomas Black.
Posee una fachada perfecta de cara los demás, pero, esconde algo mucho más oscuro en su interior. Según avanzas en la novela pese a ser un asesino despiadado no puedes evitar sentir admiración. Es fascinante y muy interesante la personalidad que le ha dado el autor. Su forma de actuar te atrae, y quieres saber cuál será su próximo movimiento, si va a cometer un fallo…
Un personaje brillante, inteligente y muy disciplinado. Meticuloso, siente placer en todo momento planificando hasta el último detalle de cada puesta en escena. No deja nada al azar: lo tiene todo perfectamente controlado y estudiado para evitar cometer errores.
Ha sido un personaje, que según iba leyendo, me ha recordado mucho a otro de mis grandes favoritos: Hannibal Lecter. Tiene esa personalidad sociópata que deslumbra a todos alrededor, un manipulador experto y sobre todo sin ningún tipo de remordimientos.

Me ha gustado mucho la trama paralela del justiciero. Si bien en un principio no me encajaba, es el contrapunto perfecto a Thomas:  un asesino que mata por placer sin importarle a quien, y por contra, alguien que mata sólo a aquellos que son culpables y la justicia ha dejado libres.

En mi opinión, este libro es un thriller psicológico con mucha fuerza. Psicología e investigación policial van de la mano. Una historia intensa, llena de escenas impactantes y momentos de tensión que te enganchará desde el primer capítulo. Me ha mantenido en vilo durante toda la lectura y me ha sorprendido con el final.  Un giro final que te deja con ganas de más.