Un libro que tengo que releer, porque me dejó bastante indiferente, se me hizo pesado y no me transmitió nada salvo tedio. Sé que hay que tomarlo como una metáfora, pero me costó tanto leerlo (a pesar de su corta extensión) que ni la mejor metáfora podría arreglar lo mal que lo pasé leyéndolo. Pero, como ya digo, le tengo que dar una oportunidad, a lo mejor la Ana de 23 años empatiza mejor con la historia que la Ana de 16.
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