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Un ensayo que ha tenido una repercusión bastante inesperada bajo mi punto de vista ya que es muy denso. de momento va por la octava edición, siendo la primera de octubre de 2016, casi como si fuera un best seller de Arturo Pérez Reverte, al que por cierto le atiza un par de mamdobles por ser uno de los que a día de hoy siguen contribuyendo, o beneficiándose, de esa leyenda negra e hispanofobia que la autora intenta desmontar. Aunque quizá no sea tan extraño que un libro así esté teniendo éste éxito dados los tiempos convulsos en los que vivimos, custionándose como nunca la identidad de España y la unidad como nación, es el caldo de cultivo para que una obra como ésta venga a poner un poco de árnica y, por que no orgullo, en nuestro maltrecho espíritu nacional. Vaya, esto me ha quedado un poco rancio, pero no se me ocurre otra forma de decirlo. La autora define la leyenda negra que afecta a España como nación desde los lejanos tiempos en que se inicio la expansión del imperio a principios del siglo XVI, repasa como ésta leyenda negra afecta a todos los imperios fomentada por aquellos que tienen intereses en que fracasen, repasa sucintamente la imperiofobia que afectó a los imperios romano, ruso y estadounidense, al que por cierto a un afecta pues es el único que permanece vivo, y compara el caso español con estos. El libro como he dicho es denso, aporta multitud de datos y bebe en muchas fuentes para desmontar alguno de los mitos que cimentan la leyenda negra española y sobre los que para la autora se ha construido la historia de Europa, entre otros: desmonta el mito de la sanguinaria inquisición, el genocidio del pueblo indígena sudamericano, el antisemitismo exclusivo de la España de 1492, la intolerancia religiosa española etc, para tratar de explicar como a través de estos lugares comunes se ha desprestigiado el papel de España en la historia universal y la europea en particular. Desprestigio que no solo ha sido alentado por aquellos países que tenían intereses opuestos a los españoles y por tanto eran beneficiarios de ese desprestigio, sino también alentado y mantenido hasta nuestros días por españoles de distinta condición. Y como vivimos en el país que vivimos la autora se siente obligada a declarar en la introducción su no afiliación política y su condición de persona alejada de la iglesia. Por lo que viene a continuación en el libro parece que no está de más, ya que en definitiva la leyenda negra se crea por una guerra de religión y permanece por que es útil para justificar actuaciones del presente y del pasado, buscar culpables cuando son necesarios y sirve como sólido pilar de un mundo a la medida de los que han escrito y escriben la historia, por desidia de aquellos que también la protagonizaron pero renunciaron a defenderse y explicar su verdad, nosotros mismos, vamos. |
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