Boyle McGrath, pensó. Duro, taciturno, temperamental. Y un osito amoroso cuando se trataba de la preciosa y traumatizada yegua que lo adoraba. Deseaba con toda su alma conocerlo, descubrir si aquellas mariposas y aquella agitación eran solo atracción física o algo más. Durante toda su vida había esperado encontrar ese algo más. Además, que fuera reacio, tuviera sentimientos encontrados y estuviera un poco cabreado, lo hacía más interesante. No podía contenerse, sencillamente, y eso resultaba muy sexy. |