Mi primer error con este libro es no comprobar primero quien era el autor, y es que si hubiera sabido que era un pseudónimo de Nora Roberts seguramente no lo habría leído. No me gustó esa autora hace años y desde entonces no leo nada suyo. Y visto lo visto, he hecho bien. Con todo el respeto a todos los seguidores de esta autora, que son muchísimos. Ya sabéis, para gustos colores. La trama está ambientada en el futuro, un futuro donde la prostitución es legal y está regulada por licencias y permisos, donde la comida es prefabricada, pero donde el estereotipo de machito sigue vigente. La protagonista es una oficial de policía curtida con sus demonios y pesadillas, endurecida por la vida, y no sólo por su trabajo. Durante la investigación del terrible asesinato de una prostituta de lujo, con poderosas conexiones políticas, conoce a uno de los sospechosos: un hombre atractivo, misterioso, malo, malito, que.... ¡oh sorpresa! La trama romántica huele a machito; tengo que recordar que es un libro de los años 90. Pero aun así, mucho futuro pero con los mismos arquetipos de siempre. La trama policíaca, previsible. Ninguna sorpresa aquí. |