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Maravillosa historia de Dahl que tuve la suerte de conocer de pequeña y con la que recuerdo pasar grandes momentos. Me fascinaba que alguien pudiera viajar en un melocotón e incluso vivir en él. Recuerdo que mientras leía la historia trataba de imaginarme como sería dicha fruta por dentro y también buscaba entre las nubes formas que se parecieran a los nubícolas del libro. Ahora de adulta he disfrutado mucho también de la historia y me lo he pasado en grande con las canciones del ciempiés y sus rimas. Su lectura es muy rápida y no deja de sorprenderme la gran capacidad de invención del autor.
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