Lo leí con mi hijo. No mentiré. La primera parte me pareció asquerosa: las barbas sucias, los gusanos en el plato, el ojo de cristal, las bromas desagradables....Cuando iba llegando a la mitad mi hijo dijo que no quería leerlo porque era muy feo y todo el rato de jugarretas que no le gustaban. P El libro cambia de tono en la segunda parte, trae argumento y personajes que van a darles a esa pareja repugnante su merecido. Con un par de las ilustraciones de Quentin Blake de esta parte le convencí continuar. le encantó y extrajo la esencia del relato. Dahl no defrauda y muerde. En esta narración vuelve el tema de el humano castigando la naturaleza y perdiendo. Moraleja y vaticinio del momento que vivimos. Resalto y admiro la crudeza del final de los cretinos. Sin compasión, sin filtros y con auténticas consecuencias para la maldad gratuita. Leer a Dahl siempre es un acierto. |