Se trata de una lectura muy divertida y disparatada, sin embargo, me han gustado mucho más otros libros del autor. La trama me ha parecido demasiado sencilla y creo que se dedica mucho tiempo a la presentación de los personajes. Una vez más, Roald Dahl cuenta con el ilustrador Quentin Blake, quien refleja a la perfección las palabras del escritor. Las ilustraciones de este libro me han parecido mucho más detalladas que las de otros libros, algo que les gusta mucho a los niños. La novela se divide en capítulos muy cortos, lo que, unido a un ritmo divertido y ágil, y aderezado con bastantes ilustraciones, hace que se lea en muy poco tiempo. A pesar de que es una lectura recomendada para niños a partir de los 10 años, considero que, aunque incorpora alguna palabra que puede resultar desconocida a los jóvenes lectores, sería una lectura perfecta para niños de 8 o 9 años, pero no para niños de más edad; pues estos demandan una trama mayor y que les mantenga en vilo hasta el final. |