Leer a Roald Dahl es una delicia, un o de esos gustos que me tengo que daral menos de vez en cuando, esl señor era un genio, tenía una imaginación fuera de serie, pero sobre todo el mejor sentido del humor del universo, bueno además humor negro. Los cretinos, bueno son exactamente eso, un matrimonio tan horripilante por fuera como por dentro y por supuesto los finales de Dahl siempre dejan al lector con una sonrisa enorme. Es muy cortito, pero mientras leía me ha dado de todo, asco, repulsa, risa, ternura, coraje, porque así es este autor, sin duda el mejor relatador de cuentos infantiles que yo haya leído, aunque honestamente no estoy muy segura de si dejaría a mis hijos leer esto, sería como darle artillería a un solado. Como siempre delicioso. |