Boy, relatos de la infancia

De pequeña era muy fan de Roald Dahl, todas sus historias me parecían muy divertidas, pero tengo que reconocer que ahora que he releído algunos de sus libros infantiles con mi hija algunas escenas me han parecido bastante brutas, aunque estén escritas en tono de humor.

Con estos relatos de su infancia he podido entenderlo un poco más, él mismo vivió situaciones de maltrato por parte de los profesores. Pero no penséis que este libro es triste. Es verdad que algunos capítulos son un poco duros pero también me he reído mucho con sus travesuras y gamberradas, no podía ser de otra manera siendo él. Me han encantado esos paseos en barca por los fiordos noruegos, las pequeñas playas de roca desiertas, los veranos tranquilos con su madre y sus hermanos... Me han entrado muchas ganas de viajar hasta allí.

No es una autobiografía como tal, es una parte de su infancia, contada al estilo Dahl y con fotos, ilustraciones y partes de las cartas que mandaba a su madre mientras estaba en el internado. Un imprescindible para quien le guste este autor y quiera conocerlo un poco más. Seguramente participaré en el club con alguno más pero tengo muchas ganas de leer alguno de los que tiene para adultos, que no se porqué pero todavía no he leído ninguno y hay que ponerle remedio.

Recuerdo perfectamente la colección de libros de Roald Dahl que tenía mi amiga Jessica. Fue a través de ella y su colección como conocí el fantástico mundo de este autor.

Por eso tenía especial interés en leer estas memorias. En ellas, Roald Dahl nos narra recuerdos de su infancia y adolescencia como si de uno de sus libros se tratara.

Nos encontramos así ante episodios de todo tipo. Algunos trágicos, como la muerte de su padre y una de sus hermanas casi al mismo tiempo. Otros cómicos, como el episodio del ratón (que no desvelaré aquí) aunque con un final un tanto cruel y lleno de crítica. Otros muy dulces, como cuando nos habla de los caramelos de su infancia o de las chocolatinas Cadbury que les enviaban al internado para que los alumnos opinaran sobre ellas y que más tarde le inspiraron para escribir Charlie y la fábrica de chocolate. Otros divertidos, como las vacaciones de verano en Noruega llenas de aventuras. Y otros muy tiernos, donde nos describe a su familia y en especial a su madre, su heroína particular.

Todo el libro está lleno de cartas reales que Dahl le escribía a su madre y que ella guardó siempre.

Como la intriga me podía y no quería esperar más, ya estoy metida de lleno en la segunda parte de de sus memorias, Volando solo, y aunque aún voy por la mitad ya os puedo adelantar que tuvo donde inspirarse para escribir, porque... ¡Menuda vida!

Este libro es fantastico, me ha encantando, tiene muchos valores, las historias son geniales y te llevan a un mundo genial. Ademas de que abre tu mente y forma de pensar, contiene muchas buenas lecciones.
Tambien es increible ver el desarrollo de los personajes. simplemente una maravilla.
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