Las niñas que soñaban con ser vistas

Pablo Rivero nos ofrece una novela cruda y adictiva, narrada en tercera persona y ambientada en Bilbao. Tenemos dos tramas entrecruzadas, utilizando para una de ellas la cursiva, lo que facilita la lectura.

Por un lado tenemos a Laura, una alegre niña de catorce años que engaña a su hermano para que la lleve al centro comercial donde se supone que ha quedado con una amiga. Esta parte de la historia transcurre en Madrid y se va intercalando entre los capítulos de la historia principal.

El personaje que lleva el peso de la novela es Pablo. Tiene unos treinta años, trabaja en una empresa de publicidad y su esposa está esperando su primer hijo. Es de Bilbao pero ha pasado mucho tiempo en Francia, lugar donde conoció a Lisi.

El joven es muy reservado con su pasado, incluso con su mujer, tuvo una infancia complicada y aún mantiene una mala relación con su padre. Poco a poco iremos descubriendo los sucesos que Pablo pretende olvidar.

La novela está dividida en tres partes, cada una más escabrosa que la anterior. de hecho, empezamos muy tranquilos, salvo por el prólogo que es bastante potente. Conocemos a Pablo y a Lisi, un matrimonio joven a punto de cambiar de vida y de trabajo.

Aunque todo lo que se nos cuenta es interesante, al principio no tenemos muy claro el papel del publicista en la historia, pero no tardaremos en descubrirlo. Además, la novela está narrada de tal manera que te metes en ella casi sin querer. Parece que conoces a Pablo de toda la vida y sufres con él. Los lugares también están muy bien descritos y es fácil imaginárselos.

Lo que me atrajo en primer lugar fue la portada, me daba muy mal rollo y me prometía una historia de un toque de terror que me lo iba a hacer pasar mal. Y no me falló la intuición y encontré todo lo que esperaba.

No os puedo contar gran cosa más, pero puedo prepararos para una historia cruda, con pasajes agobiantes y un final impactante. La anterior obra del autor tenía una vertiente más psicológica, pero en esta no nos ahorra nada, nos presenta los duros sucesos tal y como son.

He sufrido con la crudeza de algunas partes, y me agobiaba yo sola pensando en si iba a ocurrir lo que yo creía, pero he disfrutado de cada capítulo. La novela te atrapa desde el principio y no puedes dejar de leer. Sabes que lo vas a pasar mal, pero sigues leyendo atrapado por la pluma de Pablo Rivero.

Conocí al autor por “Penitencia” y, tras leer “Las niñas que deseaban ser vistas”, tengo claro que voy a seguir leyendo sus publicaciones. Y en cuanto pueda me compraré su primera novela porque tengo mucha curiosidad.

Si os gustan los libros que os mantengan en vilo durante toda la lectura incluso pasando algo de miedo en algunos pasajes, y no os molestan escenas llenas de crudeza, os recomiendo encarecidamente esta obra. Y si os animáis, no dejes de pasar por aquí a contarme lo que os ha parecido.