Lo que callan los muertos

Con Lo que callan los muertos vamos a adentrarnos en una sencilla historia de misterio que poco a poco se va enredando y complicando. 


Se trata de una novela en la que los personajes se presentan como personas de a pie, con las que el lector será capaz de identificarse, pues no es una novela policíaca al uso compuesta por el criminal y los policías que tratan de atraparlo, sino que nos encontramos ante un misterio que debe ser resuelto por una investigadora de fraudes, su madre, su mejor amiga y una monja a la que conoce desde que era niña.


Con esta obra he disfrutado del misterio que encierra, pero sobre todo con las relaciones entre los personajes, su conversación, sus reacciones y esos momentos amenos de vida cotidiana que la autora nos regala a través de ellos.


Si tengo que destacar negativamente es el hecho de que uno de los misterios de la historia resulta predecible, si bien es cierto que la autora siempre logra dar un giro que sorprenda al lector.


Cada personaje e historia secundaria que se va uniendo a la trama lo hace de manera sencilla y sin resultar en absoluto forzado, resultando imprescindible en la historia y enriqueciéndola.


Al terminar la novela, he sentido esas ganas de saber más acerca de los personajes, de ver qué ocurrirá a continuación con ellos y de cómo se enfrentarán a la nueva situación en la que se ven envueltos, si bien es cierto que la historia es autoconclusiva.


Creo sin duda que esta novela es justa merecedora del premio que le ha sido otorgado, ya que su narración, personajes y trama logran atrapar al lector de forma única y diferente, dejando un estilo marcado por la autora y una puerta abierta a futuras secuelas si Ana Lena Rivera decide sorprendernos con ellas.