Retahílas

La abuela de Eulalia, la marquesa de Allariz, está moribunda y Eulalia la traslada desde Madrid al pazo familiar en una aldea gallega para que muera allí. Eulalia envía un telegrama a su hermano, Germán con el que tiene poca relación. Lo recoge su sobrino, también llamado Germán, que no la ve desde hace mucho y que, al enterarse, decide viajar hasta el pueblo. Germán y Eulalia empiezan un intenso diálogo en los que cada uno reconstruirá y contará lo qué ha sido de su vida hasta entonces. Se trata de dos monólogos, a modo de extensas retahílas, de dos largos desahogos, que van encadenándose, dándose la voz un personaje a otro o "dando y tomando el hilo". Eulalia cuenta a su sobrino los momentos más importantes de su vida. le habla de las lecturas de su infancia, de la muerte de su madre, de la amistad con su cuñada Lucía, madre de Germán y de su hermano Germán, del fracaso de su matrimonio... Germán habla de su madre, de su padre y de su madrastra, de su amigo, de su hermana Marga y de su novia Esther. Se siente feliz en la comunicación con su tía Eulalia. Por esta vez las palabras alivian la soledad en que viven tía y sobrino que pasan de ser casi unos desconocidos a cómplices.