Tomás y la habitación secreta

Puertas hacia otro mundos... Los autores de literatura fantástica, han ideado todo tipo de portales hacia otros mundos. El más icónico de ellos es, sin lugar a dudas, el armario de “El león, la bruja y el armario” de CS Lewis.

Este mueble, aparentemente ordinario, se convierte en un portal hacia un lugar mágico que traslada a los hermanos Pevensie al invierno perpetuo de Narnia. Una aventura que arranca con una niña común, atravesando una puerta común, pero que resulta ser una reina elegida que debe emprender una búsqueda para salvar a las criaturas que habitan su reino. Pero aunque esta puerta pueda ser una de las más famosas, no es ni de lejos la única que existe, ya que el autor, en los siguientes volúmenes de la saga, utilizaría otros métodos para trasladar a sus personajes, como una pintura de un paisaje marino o una plataforma subterránea.

Pero la cosa no terminaría ahí. Lewis Carrol, utilizaría la madriguera de un conejo para el viaje de Alicia; Neil Gaiman, un muro; J.K. Rowling, callejones secretos que conducen a una dimensión mágica oculta junto a la nuestra.

Podríamos afirmar que es un recurso trillado que ha ido repitiéndose hasta la saciedad, pero la realidad es que funciona. Estos portales nos encantan e intrigan como lectores. Nos tientan a imaginar que es posible abrir una puerta común un día y encontrarnos inmersos en la aventura. Pues el personaje que atraviesa la puerta, refleja la aventura del propio lector. Y esto es precisamente lo que le ocurre a Tomás, el protagonista de esta historia.

Tomás despierta en el hospital, confuso. Alguien zarandea su brazo, María, una joven alegre que le arrastrará hacia un largo pasillo compuesto por puertas de diferentes colores, que al cruzarlas los trasladarán hacia diferentes mundos, mundos creados a través de la imaginación de los distintos protagonistas que aparecen en el relato y en los que vivirán diferentes aventuras, cada cual más intensa que la anterior. Lidiarán con dragones, murciélagos y dinosaurios; visitarán castillos, bosques e islas fantásticas,…

Un libro muy recomendado para jóvenes lectores, poseedor de un mensaje potente, que les sobrecogerá el corazón no sin hacerles reflexionar sobre lo complejas que pueden llegar a ser las relaciones entre padres e hijos.