InicioMis librosAñadir libros
Descubrir
LibrosAutoresLectoresCríticasCitasListasTest
>

Crítica de GemaMG


GemaMG
26 July 2021
“Los modelos hoy en día son como los Santos de la antigüedad.
- ¿Qué quieres decir?
- Que son referentes, “modelos que seguir”, nunca mejor dicho. Antes, la vida de los Santos era ejemplar, la gente trataba de imitarla. Hoy imitamos a los youtubers, a los influencers, a los futbolistas…”

Si algo tienen las lecturas conjuntas que realizamos en #SoyYincanera, es la riqueza de los intercambios que hacemos entre nosotras a lo largo de la lectura, lo que evidentemente, da a la novela un contenido mucho más amplio.
Si, como en este caso, tenemos la inmensa suerte, de que el autor se implique en esa lectura, contestando a nuestros fototuis e incluso añadiendo aspectos desconocidos de la novela o de su proceso de elaboración y lo hace desde el respeto, el cariño y el humor con lo que ha hecho Manuel, ¿que queréis que os diga?, que una novela que es magnífica ha sido para mí, la mejor lectura conjunta de lo que llevamos de año y me atrevería a decir, del tiempo que llevo en #SoyYincanera.
Pero volvamos a “Donde haya tinieblas”, que es lo que toca en este caso.
Estamos ante una novela anclada a nuestro día a día; una novela en la que las redes sociales son un eje fundamental en lo que se refiere tanto a la ejecución de los crímenes, como a su propia resolución. Un ámbito que, en los tiempos que vivimos, no se puede dejar al margen y que nuestros protagonistas utilizan con mayor o menor fortuna, para dar respuesta a las preguntas que les plantea el caso que nos ocupa.

“- Se desea lo que se ve a diario - dije categórico algo que está en todos los manuales de Criminología.
- Hoy en día con las redes sociales - argumentó con conocimiento de causa el Muñequín-, todo el mundo lo ve todo y a todos a diario. No hace falta ser el vecino para desear a alguien.”

Si me preguntáis mis razones para aconsejaros la lectura de esta novela aquí las tenéis; seguro que me quedo corta, pero, como siempre, prefiero que descubráis por vosotros mismos todo lo que se me quede en el tintero.
- Estamos ante una novela negra, que sin duda, es de los géneros que mas disfruto y esta es una historia en la que todo encaja, en la que el autor te mantiene pegado a una trama compacta, en la que no se encuentra ningún resquicio, una trama, en la que los malos van cambiando a medida que avanzas pagina, para demostrarte al final, que nada es lo que pensabas que iba a ser.

“En las investigaciones hay momentos en los que la intuición conecta con la evidencia de los datos y el subidón de adrenalina es acojonante. No sé si sabría vivir sin aquello.”

- Presenta una trama original y diferente, en la que, como en la anterior novela que leí del autor se intuye un enorme trabajo de documentación que se transmite en cada línea sin que en ningún momento de la impresión de que el autor quiera darte una clase sobre todo lo que aprendió para escribir esta historia. Y ese filtro adicional, se agradece, porque además me consta que es un trabajo ímprobo hacer que la gente aprenda, sin que parezca que esté aprendiendo. Y es que yo, personalmente, que soy católica, apostólica y romana, he aprendido de religión en esta novela lo que no había aprendido en mi vida por muchas clases de religión o por muchas catequesis a las que asistí de niña o adolescente.

“La Eva de la biblia no tenia ombligo- explique llamando la atención de mis compañeros gracias a mi educación católica.
- ¿Y eso?- preguntó Bigdata.
- Porque Eva no nació de una mujer, sino de la costilla de Adán.”

- Por una pareja protagonista insuperable.
El Inspector Martínez: Un policía cincuentón de la vieja escuela, buen profesional, pero aun anclado en los métodos del pasado.
Un hombre educado en la religión católica, un hombre “clásico”, un poco machista, mal que le pese, un padre de tres adolescentes a los que intenta entender, metiéndose en esos mundos que para él son desconocidos de las redes sociales, un personaje que me ha brindado los momentos más hilarantes de esta novela a través de sus comentarios y reflexiones, un personaje de 10.

“Si a las mujeres maduras pero atractivas se les llama MILF, ¿Cuál es el término para los hombres que están en el mismo caso? ¿No existe un término ni para las páginas porno? ¿Fofisanos? ¿De verdad? ¿Eso soy?.”

Un personaje del que he de destacar, aparte de sus dotes policiales, una facilidad tremenda para buscar el mote adecuado con cada uno de los personajes que se encuentra. Que parece una tontería, pero esos motes han hecho que los personajes hayan sido más identificables a lo largo de la lectura y mucho mas allá de ella, que aun me acuerdo de toooodos los personajes de la novela, lo que en muchos de los casos me provoca aun una enorme carcajada.

“- Tengo un problema de memoria desde niño. Me gusta mucho retener los nombres y las caras, y eso es fatal para aprobar la EGB y peor para ser policía, así que me invento motes que me recuerden a los implicados en un caso y de esa manera jamás se me olvidan. Podría nombrarte los principales sospechosos de todas las investigaciones en las que he participado.”

La inspectora PieldeLobo: Una mujer joven, una “milenian”, una mujer combativa, independiente hasta la autosuficiencia, inteligente y experta en artes marciales.

“Pieldelobo era lo que un tipo de extrema derecha llamaría una feminazi y lo que cualquier feminista calificaría de heroína. No se achantaba ante nadie, ni superiores ni tipos que por su envergadura le sacaban varias cabezas. Y es que la inspectora, además de guapa y lista, era cinturón negro de aikido con un puñado de DAN. El arte marcial ese de la catana.
La bella y la bestia, todo en uno. Pero con cerebro.”

Una mujer alejada de la vida tradicional, de la educación católica... Una mujer enfrentada a todo aquel que, de una u otra forma, coarte su libertad como mujer y como profesional - mujer en un mundo que sigue siendo de hombres. Una mujer que defiende a capa y espada su forma de trabajar y sus hipótesis, una mujer, que es la otra cara de la moneda del inspector Martínez, con el que no tiene más remedio que colaborar estrechamente para resolver el caso que nos ocupa.

“Te es imposible ver el mundo como lo vemos nosotras: un lugar donde nada más nacer mujer se va a dudar de tu capacidad, vas a tener que plantearte el tener hijos si quieres tener una carrera profesional de éxito y vas a estar a las órdenes de jefes que no te llegan a la suela del zapato, pero cuya valía nadie se cuestiona porque tiene una polla entre las piernas. Si encima eres atractiva y sexi, olvídate de que te vean como nada más que un objeto sexual. Y si te violan, tendrás que justificarte para que los policías y los jueces consideran que es posible que no haya sido consentido. Y eso hablando del primer mundo, porque en otros países la mujer no es mucho más que un animal al que se le puede pegar, violar y matar sin tener que dar explicaciones.”

Y esta pareja de personaje, acompañados de un montón de secundarios, a los que no voy a referirme, porque esto sería una reseña sin fin, son el eje de la trama, porque su propia relación tanto personal como profesional, dentro de la investigación, esa continua confrontación, aligeran el peso de la trama negra y conjugan el horror y el humor de la forma justa para disfrutar tanto de lo uno como de lo otro.
- Por la critica que el autor realiza de esa religión basada en la culpa, el castigo y la venganza, una idea que predomina aún en muchos de los componentes de la iglesia.

“- Pero no es solo es que sea más envarado, es que ha fomentado que nos vigilemos unos a otros a ver si cumplimos con los preceptos, que nos sintamos culpables si hacemos algo indebido. Habla todo el rato sobre el castigo y los horrores del infierno.”

- Por esa crítica del uso de las redes para mostrar una vida idealizada de nosotros mismos.

“La inspectora y yo nos quedamos callados tratando de asumir la vida tan complicada que debía de haber tenido Karolina, poco que ver con esas stories tan alegres de su Instagram.”

Por el uso indiscriminado de esas redes donde damos más información de la que, en muchos casos, queremos dar.

“Dicen que las redes sociales te conocen mejor que tu propia familia y que te muestran cómo eres.”

Por la intolerancia y el acoso, que si antes se daba en nuestro ámbito más cercano, hoy, gracias a las redes se vuelve casi universal.

“- ¿Y no crees que ahora hay una intolerancia parecida en las redes sociales? Sin tanta parafernalia. También se castiga al que no piensa como tu. Se le señala. No se admite el debate, solo importa cómo me siento; Si me siento ofendido hay que eliminar el motivo de esa ofensa, ya sea una película, un artículo o una cuenta de Twitter. Se aborrece el pasado cuando no es perfecto en lugar de asumirlo. No hay olvido ni perdón. Hemos dejado de llamarlo pecado pero esa intolerancia con los supuestos errores del prójimo está en la esencia del ser humano, esa mezcla de envidia, fanatismo y agresión, el miedo a poner en duda tus ideas. Hoy en día, todo es emocional, vivimos de espaldas a la razón. Enfrentados unos a otros como dos equipos en todo: en el fútbol, en la política, en la religión, en el feminismo…”

- Por esas magnificas descripciones de edificios, pinturas y esculturas que el autor nos regala a lo largo de estas páginas y que tengo apuntadas ya en mi lista de viajes pendientes.

“Hay que reconocer que, en España, cualquier iglesia de pueblo es una pasada.”

Por todo lo dicho y por lo mucho que aun me queda por decir, no puedo dejar de recomendaros la lectura de esta novela, que os va a entretener, a enseñar, a divertir y sobre todo a sorprender.
Yo por mi parte, no puedo más que pedir al autor que, por favor, no tarde en regalarnos otra de sus historias.

“A veces resulta más fácil perdonar a los demás que perdonarse a uno mismo. Somos crueles con nuestros errores, poco misericordiosos.”
Comentar  Me gusta         80



Comprar este libro en papel, epub, pdf en

Amazon ESAgapeaCasa del libro
Apreciaron esta crítica ()(8)ver más