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Percy acude a una sesión de orientación previa al nuevo curso en el que va a ser su nuevo instituto. El espera que sea algo aburrido y ya, pero como no puede ser de otro modo, acaba metido en un lío. Logra librarse y llegar al campamento, donde las cosas están bastante tensas. Grover tiene una semana para encontrar al dios Pan o le quitaran su título de buscador. La única solución, por poco que le guste al sátiro, parece ser adentrarse en el Laberinto, un mundo subterráneo lleno de monstruos y peligros, y que también interesa mucho a Cronos. Nos situamos unos meses después de donde acabo el anterior libro. Las cosas cada vez están más complicadas y se respira tensión en el ambiente. al comienzo reconozco que estaba un poco frustrada, pues decían muchas cosas a medias, que no terminaban de explicar, lo que me hacía sentir que me perdía varias cosas. Por suerte este sentimiento dura poco, y se nos acaba explicando todo. La historia sigue estando contada en primera persona por Percy, lo que siempre es una gozada. Me encanta poder leer sus pensamientos, sentir lo que él siente...eso hace que me sienta mucho más conectada a él. Además, es imposible no reírse con algún pensamiento o con alguna contestación suya, por muy tensas que estén las cosas. La acción se va metiendo poco a poco en la historia. Las cosas son cada vez más complicadas, lo que hace que la historia en si sea más madura y compleja. No encontramos acción en cada página, pero en los momentos de relativa tranquilidad es cuando se nos da información, que es necesaria para avanzar en la trama. Como siempre conocemos nuevos mitos lo que implica que aparezcan nuevos personajes. Casi todos son secundarios y sus historias se tratan más bien por encima, pero nunca viene mal conocer más historia y mitología griega. El ritmo de acontecimientos es muy fluido y natural, pero reconozco que alguna parte se me ha hecho algo lenta. Quizás es porque me había acostumbrado a las altas dosis de acción de los anteriores libros y en esta ocasión todo es más pausado y se equilibran acción e información. Igualmente la trama engancha mucho y es imposible parar de leer. Conforme avanzas en la historia necesitas saber más y más. El autor sabe dónde colocar los giros argumentales para dejarte desconcertado y sorprendido. Todo lo que ocurre es muy imprevisible, ya que cuando crees que la historia va avanzar hacia una dirección, pasa algo que lo cambia todo. Lo único que no me ha terminado de convencer ha sido el Laberinto. Me lo esperaba más difícil aún, con más peligros y sobre todo, más complicado y confuso, en cambio me ha parecido relativamente fácil guiarse por él. Además, a pesar de que tiene importancia, casi todo lo fuerte ocurre fuera de él, y me habría gustado que tuviera más fuerza y presencia en la trama. Igualmente esto es un detalle pequeño, y que se basa mucho en lo que yo esperaba. El amor sigue siendo un elemento que brilla por su ausencia, pero en este libro tiene un poco más de peso que en los demás. El autor deja entrever una posible historia para el próximo libro, dejando caer algunos detalles sin mucha importancia por ahora, pero que podrían desarrollarse más adelante. El final me ha gustado mucho. Como siempre, es abierto y te deja con ganas de más. Siempre pasa algo, o se dice alguna cosa que hace que te quedes con mucha curiosidad. En esta ocasión, además, sabemos que la batalla final está cerca, muy cerca y nada va a ser fácil para Percy y compañía. En los personajes vemos cierta evolución. Ya no son unos niños, ahora son bastante más maduros. Percy ya no es un niño inocente, sino que es un chico fuerte, valiente y sobre todo, buen amigo y con un corazón enorme. Sigue siendo sarcástico e irónico, lo que aporta humor a la trama. Annabeth en esta ocasión me ha chirriado un poco. En general sigue siendo esa chica estratega, luchadora y dura de siempre, pero a veces no acepta las cosas como son y actúa como una chica tonta que se deja llevar tan solo por sus sentimientos. Grover ha madurado. Sigue siendo algo miedica y torpe, pero al final demuestra tener las cosas claras y una gran fortaleza. Tyson sigue siendo el más adorable de todos. Tierno, dulce, inocente, bonachón...pero a la vez fuerte y con una fe ciega en las personas que él quiere. |
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