El laberinto en llamas

Aviso: esta reseña contiene spoilers sobre los dos primeros libros de la saga de Las pruebas de Apolo, una emocionante aventura en el que este dios griego es castigado por Zeus y convertido en mortal. Su misión será completar las diferentes profecías que los oráculos le asignan, intentado por el camino que tanto él como sus amigos sobrevivan.

Con la ayuda de algunos semidioses, Lester ha conseguido sobrevivir a las dos primeras pruebas: una en el Campamento Mestizo y la otra en Indianápolis, donde Meg recibió la profecía oscura. Las palabras que pronunció revelaron que un dream team de tres emperadores romanos supervillanos planea atacar el Campamento Júpiter. Mientras Leo vuela para alertar a los miembros del Campamento, Lester y Meg deberán cruzar el Laberinto para encontrar al tercer emperador (y a un Oráculo que habla con juegos de palabras) en algún punto de suroeste de América. Por suerte, un verso en la profecía les da un poco de esperanza: solo el guía ungulado sabe cómo no perderse.

Como en los libros anteriores, Rick tira del factor nostalgia para enganchar al lector, recuperando a personajes ya conocidos y queridos. Sin entrar en spoiler, aquí vemos a algunos de los personajes principales de la primera saga de Percy Jackson, y ver qué les ha ocurrido y cómo ha continuado su historia emociona bastante.

En lo que se refiere a la historia en sí, este libro me ha gustado bastante más que el anterior. Pienso que la trama es más compleja y que Apolo evoluciona mucho más, al igual que otros personajes como Meg o, sorpresa, Piper, que vuelve a aparecer como compañeras de aventuras. Si bien esta semidiosa no me había terminado de convencer en la saga de Los héroes del Olimpo, aquí he logrado comprenderla un poco más y he simpatizado más con ella. Una evolución merecida para un personaje que había quedado empequeñecido por el resto.

El desarrollo de las pruebas es muy interesante, aunque se va notando el cansancio. Si bien los libros no son muy largos, una pentalogía puede pasar factura, y ya en este tercer libro noto algo de desgaste. Apolo es un buen narrador, pero puede llegar a cansar bastante, aunque sea un buen hilo conductor para conocer lo que ha ocurrido con otros personajes, como protagonista no termina de convencer.

Irbis.