El lenguaje oculto de los libros

Ya está aquí la segunda novela de Alfonso del Río, que afortunadamente no ha tardado tanto en escribirla como la anterior (que publicó hace dos años y medio). Una novela con la que confirma su gran capacidad para escribir thriller, si bien como en la novela anterior (La ciudad de la lluvia), se trata de un thriller muy personal.
Podría hablarse en este caso de un thriller metaliterario, no solo porque la clave de la acción esté en una novela que en su día escribiera Gabriel de la Sota y que se publicó una vez muerto, sino porque dos de sus protagonistas son nada más y nada menos que C. S. Lewis y J. R. R. Tolkien. E incluso aparece Unamuno.

Metaliteraria porque nos presenta los pensamientos de un escritor (que no dejan de ser los del propio autor según me confesó en la entrevista que publicaré en breve en mi canal de Youtube) a la hora de ponerse a escribir.

También tiene elementos de novela negra, puesto que desde un primer momento se plantea como una lucha entre el bien y el mal, representado en ese “hombre del mal” que parece haber escapado de la novela de Gabriel de la Sota para hacerse real y sembrar el caos y la muerte.
Una figura que en muchos momentos le da un cierto toque gótico y de misterio a la novela.

Pero ante todo, es una novela muy entretenida, con mucha acción, en la que pasan muchas cosas.

Hay que añadir sin duda dos protagonistas más a la novela: Bilbao y Oxford. Aquel Bilbao tan presente y protagonista en su primera novela La ciudad de la lluvia, vuelve a estar muy presente aquí, si bien es verdad que no sólo se limita a la propia capital, sino que también nos da un paseo por la zona vizcaína.
Y junto a Bilbao, tan importante como él, la ciudad de Oxford en la que se desarrolla otra buena parte de la acción.


OPINIÓN PERSONAL

Ha vuelto a conseguir Alfonso del Río una gran novela. Un thriller muy diferente y además, que salvo la ubicación de parte de la novela en Bilbao, nada tiene que ver en cuanto a trama o personajes con los de su anterior novela.
Atrapa desde las primeras páginas en una estructura muy compleja a la hora de escribir, porque va saltando permanentemente del año 1933 al de 1961. Eso sí, sin que el lector se pierda en ningún momento.
Pero estos saltos al mismo tiempo, nos van desvelando desde el pasado las claves para resolver el presente, al mismo tiempo que nos muestra la evolución de unos personajes como el de los dos escritores que ya han conseguido triunfar y ser gracias a sus obras personajes célebres.
Unos personajes que al igual que ocurrió en su primera novela, a mí me han enganchado completamente. Y hablo en plural, porque por más que esté narrado fundamentalmente desde el punto de vista del abogado, es una novela en buena parte coral.

Todo ello hace que os recomiende sin dudarlo este thriller que es mucho más que un thriller, que es toda una aventura literaria (da igual que no seas un fan de El señor de los anillos o de Narnia para que lo disfrutes), con unos personajes muchísimo mejor tratados que en un thriller normal y en los que Alfonso del Río nos muestra cómo conseguir unos grandes personajes sin tener por ello que frenar el ritmo vertiginoso de la acción, a la que ni siquiera los saltos en el tiempo hacen que frene o decaiga su interés.
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