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Cuando pedí el ejemplar para una colaboración, sabía que podía ser de mi interés, pero no esperaba que acabase gustándome tanto como lo ha hecho. Empecé el libro preparada para disfrutar de un romance, sin importarme mucho cómo sería su narración, pero he acabado enamorada de la dulzura con la que está escrito. Por eso, lo que más se verá en esta reseña, es lo mucho que me ha gustado la manera de escribir de Lin Rina. Animant es una joven adinerada que se ve atosigada por la insistencia de su madre en encontrarle citas. Cuando su padre ve que la tensión entre ambas crece, le propone a su hermano que la contrate como asistenta de bibliotecario, aunque todos los que han asumido el cargo han huido del puesto por el malhumor y el carácter de su jefe. Preparada para pasar un mes de prueba, Animant no espera descubrir un universo completamente distinto al llegar a Londres. La historia está escrita en primera persona desde el punto de vista de Ani, vemos de principio a fin lo que piensa del mundo, sus ansias de conocimiento y la curiosidad que la empuja a cumplir.La narración es delicada y muy dulce, transmitiéndote paz incluso cuando surgen obstáculos en la vida de la protagonista. Esto hacía que empatizarás mucho más con ella, que sintieses su descaro y su inocencia, además de que quisieses aprender y dejar salir tu curiosidad. Me pareció muy acorde la forma de narrar con la edad de la protagonista, diecinueve años, y con el rumbo que toma la trama: una joven que huye de la idea de casarse porque quiere valerse por si misma, lejos de los ideales de su madre. A partir de esta historia, podemos aprender más de la época (los años 90 del siglo XIX) con sus diferencias sociales, la forma en la que se trataba a la mujer, el antisemitismo y los bailes que se hacían constantemente. Sin embargo, no se detiene ahí, la trama nos permite saber más sobre el sistema bibliotecario del momento, como se llevaban a cabo las devoluciones, la maquinaria utilizada, el sistema de clasificación... Sin duda, ha sido muy interesante ver las diferencias del mundo de la alta sociedad, los bailes y la vida en un pequeño pueblo con el de la biblioteca, el caos de Londres y la vida de aquellos que no pueden acceder con facilidad a estudiar. En cuanto al romance, me ha gustado el ritmo que adquiere. Me resulta un tanto incómodo que el amor sea instantáneo y que, con solo ver al personaje, la protagonista pierda el sentido. Por suerte, en La biblioteca de los sueños imposibles surge despacio y después de muchos avances entre ambos personajes. Además, parte de uno de mis clichés favoritos y ella se mantiene firme, sin dejar atrás sus anhelos, convicciones y metas. Quizás, si debo destacar algo que no me ha gustado, ha sido que se incluyese un tercero en discordia. Sin embargo, en esta ocasión no me ha resultado tan molesto como habitualmente porque sirve para fortalecer a la protagonista. Dando paso a los personajes, debo decir que Animant me ha parecido alguien muy fuerte, aunque dada su vida, su edad y la época, entiendo que en algunos momentos fuese infantil. La madre, en cambio, conseguía sacarme de quiso con sus deseos de casarla a pesar de que le dijese una y otra vez que no quería. Henry, Elisa, Cody, Oscar... Todos y cada uno de los personajes secundarios me han parecido muy tiernos o agradables. En cuanto al señor Reed, he tenido sentimientos encontrados desde el principio hasta el final por su actitud caótica y, a veces, maleducada, aunque vemos una evolución y comprendemos la razón detrás de todo. En conclusión, he disfrutado más de lo esperado con esta historia. Ha sido una sorpresa muy agradable, me ha sacado una sonrisa y me ha hecho sentir bien mientras lo leía. Sin duda, leer La biblioteca de los sueños imposibles ha sido un verdadero placer. Si buscáis una historia dulce, ver un poco del siglo XIX y disfrutar de un romance lento, este es vuestro libro. Merece la pena que le deis una oportunidad porque ha pasado un par de horas desde que lo he acabado y ya lo echo de menos. Enlace: https://www.goodreads.com/re.. |
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