La hermana tormenta

Hoy y ayer
Ciertamente, el inicio de esta novela romántica, con elementos de romántica histórica, es complejo. Siguiendo el esquema de la novela anterior (vida de la protagonista y narración paralela de la vida de un posible antepasado), en esta segunda entrega encontraremos que la vida Ally se desarrolla muchísimo más que la de Maia en la primera entrega (cosa que, en mi particular, me ha gustado más).
Así, comenzamos con los entrenamientos de Ally para la regata de las Cícladas y con su encuentro con Theo. A partir de este encuentro, Ally sufrirá una serie de acontecimientos de gran relevancia (que comenzarían con la muerte de Pa Salt) y que la llevarán a buscar sus orígenes. En esta búsqueda nos adentramos en la vida de Anna Landvik, de cómo pasó de ser una granjera a una de las mejores voces de Noruega.
Mar, oh, mar
Si tuviéramos que definir esta obra, podríamos hacerlo en dos palabras: mar y música. Así, podemos dividir el libro en dos partes siguiendo estas dos ideas. Por un lado, encontramos el presente de Ally, enfocado en su entrenamiento para las regatas y en su relación con Theo. En esta primera parte, veremos cómo nuestra protagonista se despliega: sus miedos, sus anhelos, su manera de entender la vida… Por otro lado, en la historia del pasado (y de alguna manera afectando al presente, como no podía ser de otra manera) veremos que la música lo inunda todo. Es mediante la música como Anna consigue prosperar. de una vida feliz en las montañas, pero extremadamente sencilla, pasará a la vida frenética de Cristianía entre ensayos, recitales y movimientos en la alta sociedad. Una ambiente en el que Anna tendrá que hacerse valer y luchar, quitándose el sayo de la pobre pueblerina, así como Ally debe quitarse la etiqueta de mujer desvalida. El mar da a Ally, a su manera, el impulso que la música dio a Anna.
En referencia esta temática y estas historias compartidas, este me ha gustado muchísimo más que el anterior. Creo que en este caso la narración de ambas historias está compensada y, además, la ambientación en los diferentes escenarios que se desarrollan está muy bien hecha. Cuando Ally acude a Grecia o Anna a Leipzig, creo que están allí, siendo ese ambiente. El cambio de época entre una y otra historia se nota, por supuesto, pero no choca, no parece que lo esencial quede a mil años luz.
Enredo y más enredo
Eso sí, dicho en plata, la novela es un auténtico culebrón de unos con otros y otros con unos y secretos que se guardan durante muchos años y que pasan de generación en generación. Ahora bien, estos leen con un gusto que llega a sorprender un montón.
Bajo mi punto de vista, creo que es porque, aunque podemos encontrar similitudes en ambas historias, algún perfil parecido o alguna trama pequeñita que se repita, no es algo que nos lleve al rechazo, sino a la anticipación. Así, el lector continúa leyendo para ver si sucede lo que sospecha que va a suceder y la lectura, aparte de ser entretenida y tener su sentimentalidad, se vuelve divertida también.
Y, de igual modo, esto provoca que tengamos nuestras filias y fobias con los personajes, cosa que con el anterior no pasaba. Normalmente, en este tipo de novelas, el malo es el malo, el que no deja a la pareja que tenga su final feliz y, por supuesto, los buenos son los enamorados porque el amor es lo más grande. Bueno, pues Lucinda Riley nos dice «ojo cuidao» y nos presenta buenos que a lo mejor nos pueden caer mal y malos que, a lo mejor, tienen un poquitín de sentido. En mi caso, casi que en esta me quedo con los malos malísimos, fíjate.
Alivio y continuidad
La verdad es que no tenía yo todas conmigo el leer esta segunda novela de la saga. El primer libro me costó muchísimo y verme atrapada otra vez en un novelón (porque no son cortos) donde la protagonista fuera sosa, me agobiaba un poco. Sin embargo, me atreví y he descubierto una novela que se me ha hecho ligerísima y unos personajes con un carisma increíble.
Me he alegrado de continuar, porque, además, creo que las siguientes hermanas son más interesantes; pero por su parte el personaje de Ally ha aunado en él un montón de emociones, un montón de situaciones que te ponen al borde del asiento. Por su parte, la historia de Anna, nos reconcilia con nosotras mismas, con ese momento en el que fuimos demasiado ingenuas o inexpertas y no supimos protegernos, pero que no hizo ser mujeres fuertes.
Os recomiendo este, y casi os diría que si queréis saltaros el primero, adelante. Nos encontramos una romántica con una protagonista fuerte y vulnerable y una historia muy muy bien formada. Espero que os animéis con él.

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