(...) en la vida hay momentos en que las personas llegan a un punto en el que no pueden avanzar más por el mismo camino y deben cruzar un puente para pasar a otro.
Creo que es la primera vez en la que la historia del presente me gusta más que la del pasado. Aunque siendo sincera, ninguna de las dos me ha llegado al corazón como me ocurrió con el primer y tercer libro de la serie.
Empezando por el pasado, debo admitir que Lucía no me ha caído bien en ningún momento. Creo que la autora quería mostrar a un personaje con fuerza y pasión, pero, lamentablemente, me ha resultado poco atractivo, prepotente y soberbio. Su deseo por bailar ha sido más una obsesión, hasta tal punto que resultaba egoísta y arrastraba a todo el mundo con ella y abandonaba a quien no quería seguirla o no podía. Esto me ha hecho apreciar mucho más a Meñique (pobre hombre, el cielo lo tiene ganado) y María (para mí la gran protagonista que debería haber llevado la voz cantante del pasado).
En cuanto al presente, pues ha habido varias cosas que no me han llenado. La situación de Charlie me ha resultado demasiado complicada y difícil de desarrollar en las pocas páginas que comparte con Tiggy. Me ha dado la sensación de que su romance ha pasado de ser algo inicial a ser de por vida. Apenas ha habido escenas entre los dos, por lo que los sentimientos entre ambos me han parecido exagerados al final de la novela. Pero claro, ¿cómo se va a desarrollar un romance si uno está en Escocia y la otra en España y no se comunican? Es imposible, aunque hubiera un flechazo. Y si además la vida de él es un caos, pues más difícil resulta que la relación se establezca sin apenas contacto.
En cuanto al personaje de Fraser... Entiendo que hubiera un "archienemigo" en todo el embrollo de la finca, pero me ha sabido a poco. Solo aparece un par de veces y una de ellas es en el desenlace, el cual por cierto ha sido muy fácil de resolver para haber sido un problema que ocupaba toda la atención de Charlie.
Definitivamente, es un libro con una historia bonita (como todo lo de Riley, que por cierto tiene una pluma preciosa), un viaje de descubrimiento personal, pero en el que creo que ha habido demasiados elementos a desarrollar. Aunque lo principal sea el descubrimiento de las raíces biológicas de Tiggy, lo cual está muy bien llevado, el problema de la finca pasa a ser algo secundario, pero tampoco lo es tanto cuando afecta a la protagonista de primera mano. Quizá debería de haberse involucrado más desde el comienzo en este aspecto.
PD: No quiero terminar esta reseña sin decir algo que tampoco me ha gustado. La historia del pasado se desarrolla en una España al borde de la Guerra Civil. Y de hecho, gran parte de la historia ocurre durante este periodo horrible. Creo que la autora echó a perder la oportunidad de contar una historia mucho más interesante que la de huir, bailar flamenco y hacerse millonarios a manos de los payos. Sé que es otra cara de la historia, por supuesto, pero, en mi opinión, habría sido más interesante, doloroso e impactante si se hubiera contado el genocidio de la raza gitana a manos de Franco.
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