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En el último par de años he leído bastantes libros de Lucinda Riley. No voy a decir que se ha convertido en una de mis escritoras favoritas, pero sus libros tienen muchas cosas que me gustan. Y siendo su último libro publicado una novela negra no podía dejarlo pasar... Al principio no sabía que esperar, ya que este fue el único libro del género que escribió. Y una vez leído os digo que es una pena, porque me ha gustado mucho. No es una novela negra de esas que no te dan un segundo de respiro, pero te mantiene con la intriga durante la mayor parte de sus páginas y sin darte cuenta lo devoras. Porque si algo tiene el estilo de Lucinda es que engancha. Va dejando miguitas que tu vas recogiendo mientras te sumerges en la historia llegando un momento en el que ni puedes ni quieres salir. El ambiente y los personajes, los grandes fuertes de Lucinda. Tenemos un internado inglés en un incipiente otoño. Todo lo necesario para crear una atmósfera claustrofóbica muy al estilo de Agatha Christie. Los personajes se van definiendo a medida que avanza la investigación; comoceremos sus debilidades pero también sus fortalezas. Y al frente del equipo investigador una gran mujer. El final da pie a más novelas aunque a mí me gusta como queda con el futuro en el aire porque no siempre tenemos que saber que sucederá en el futuro para saber que el presente ha merecido la pena. |
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