El raro vicio de escribir la vida

Manuel Rico (1952) es poeta, narrador y crítico literario. Estudió periodismo y ha colaborado en diversos diarios y revistas. Además es presidente de la Asociación Colegial de Escritores de España.

El raro vicio de escribir la vida, es la última obra publicada por el autor este mismo año 2021. Previamente, ha publicado entre otras obras, libros de poemas “La densidad de los espejos”, Premio Juan Ramón Jiménez de 1997; “Donde nunca hubo ángeles (20039; “Fugitiva ciudad” (2012);, Premio Internacional Miguel Hernández; “Los días extraños” (2015) y “Cuaderno de historia” (2021). Sus últimas novelas son; “La mujer muerta” (2000 y 2011), Los días de Eisenhower (2002), “Verano” (20089 y “Un extraño viajero” (2015)

Este libro es un libro de relatos cortos en los que el autor nos explica sus obsesiones y fantasmas como resultado de la recopilación de apuntes y notas de un período que se extiende entre los años 2007 y 2014.
En este libro metaliterario podemos encontrar unos temas que preocupan al autor y que son predominantes en sus relatos como son el inexorable paso del tiempo y la nostalgia que trae consigo. Lla fugacidad de la vida, la infancia, la importancia de la memoria histórica y la de disfrutar el momento presente. Los olores evocadores que como la magdalena de Proust siempre traen recuerdos a la mente de un tiempo pasado es otro de los temas que aparecen de forma reiterada en los relatos.

A nivel de estructura nos encontramos con siete grandes bloques temáticos que son: “Vida” donde recopila relatos intimistas con recuerdos de la infancia impregnado todo de mucha nostalgia como si el propio autor nos narrase el verano de su vida; “Taller” donde encontrarás relatos muy relacionados con el oficio de escritor, sobre sus miedos e inseguridades; “Memoria heredada” recoge una de las que podrían decirse que es una de las grandes obsesiones del autor y es la memoria histórica y su defensa; “Itinerarios” aquí recorremos rincones, pueblos y reflexionamos sobre la vida lejos de la gran ciudad y sobre arte y la obsesión del autor por el románico, “Barrio” encontraremos Madrid siempre y siempre sus diferentes barrios con sus señas de identidad y rincones y momentos donde detenerse y disfrutar y, por supuesto, la biblioteca municipal como institución que le permite dedicarse a la lectura y a la escritura sin interrupciones. “Cine, cine, cine” agrupa relatos relacionados con uno de los recursos culturales con los que más ha disfrutado Manuel Rico y ese es el cine. Los relatos nos hablan de clásicos del cine, de los cines de barrio que muchos ya no existen hoy en día, de grandes cineastas y de productoras cinematográficas que le han hecho disfrutar a lo largo de la vida. El último bloque temático del libro “La letra de los otros” nos habla de la España vaciada y sus consecuencias y de los libros, ese artefacto que consigue salvarnos de todo o de casi todo.

Es un texto que gustará a los lectores que ya conocen al autor por su naturaleza intimista y aquellos que no lo hayan leído, pueden sentirse atraídos por este libro si conectan con los temas que obsesionan al escritor.

Para la mayoría de la gente, el año 2020 fue un año de recogimiento, de estar encerrados, no sólo literalmente sino también encerrados en uno mismo. Sin embargo, para el escritor Manuel Rico, fue un año en el que decidió sacar a relucir, de nuevo, esos artículos, esos escritos hechos entre 2007 y 2014. Y precisamente de eso se trata “El raro vicio de escribir la vida”, de mostrar al lector todos sus pensamientos de una forma lenta y sosegada. El libro está estructurado en siete apartados donde el autor va desgranando sus reflexiones. Habla de la vida, del taller (refiriéndose a su obra), de una memoria heredada, de itinerarios, de barrios, de cine y sobre la letras de los otros. A lo largo de estas meditaciones, somos testigos de cómo ha ido evolucionando a lo largo de su vida, no únicamente a nivel literario y profesional, sino también a nivel personal. Ha sido testigo directo del crecimiento y progreso de su hijo, de su ciudad, de los alrededores, de cómo han ido cambiando aquellos lugares a los que iba de niño o cómo han ido desapareciendo esos otros con los que llegó a tener cierto apego.
Pero estos retazos de su vida no sólo nos muestran eso, sus vivencias, también nos ponen en contacto con otros autores, otras obras y nos invita a adentrarnos en la lectura de autores como Antonio Machado, Peter Handke o Juan Gelman. Y nos hace partícipes de la obra de Hopper o de su aventura con el cine. Y todo lo hace con una delicadeza exquisita que nos demuestra al poeta que lleva dentro. Porque Manuel Rico no sólo es novelista también es un poeta reconocido y cada frase, cada palabra, cada párrafo de este libro, destila poesía.
Uno de los pasajes que me han gustado es el de “Mis mañana en la biblioteca”, que escribió en septiembre de 2012. Nos dice cómo se hizo asiduo a una pequeña biblioteca municipal, mientras escribía uno de sus libros, ya que en ella encontró la paz y tranquilidad que a lo mejor en su casa no encontraba. Nos cuenta cómo la biblioteca se terminó convirtiendo en ese lugar al que se le llega a coger “cariño” porque al final terminas conociendo a los que allí van y es como si terminaran formando parte de tu pequeña burbuja. Porque el autor no sólo escribe o se aísla entre sus estanterías, sus libros y sus muros sino que también él llega a formar parte de esa peculiar familia que constituyen los usuarios de una biblioteca.
Podría seguir escribiendo de cada una de sus cavilaciones pero creo que lo idóneo es invitar a cualquier lector a que se sumerja en la lectura de “El raro vicio de escribir la vida” y que lo haga con mesura, sin prisas, saltando de una a otra, sin seguir un orden y disfrutando de una realidad que a veces tiene sus luces y sus sombras pero que forman parte de la vida del escritor y en el que cualquiera de nosotros podemos reflejarnos.
Y sobre todo, después de leer este libro tienes unas ganas enormes de seguir indagando en la obra de su autor.