Como la piel del caimán

Mi hija la leyó en el instituto y me pidió que la leyese, «es una historia bonita, pero muy triste, yo quiero un amigo como ese», me dice cuando termina y llorando a mares. Como mi tiempo de lectura es limitado, opté por el audiolibro de la biblioteca online, ¡guau! Mi hija esta en 2 ESO, quizá por ser su madre, retrasaría o hubiese retrasado su lectura a otro curso, porque hay mucho que tratar.
                Dos temas, el acuso y el racismo. Sí, nuestra sociedad moderna y avanzada cada día un peldaño más abajo, en fin. Me decía mi hija que deseaba ser mayor para no tener miedo al vacío que puedes llegar a sufrir si te pones en el punto de mira de una persona poco adecuada. No, no hay que desear que el tiempo pase por miedo a lo que no suceda, además los adultos también sufrimos este vacío. ¿Quién no ha escrito un mensaje y ves como el destinatario está en línea y ni contesta? ¿En grupo haces una pregunta y nadie responde, pero todo el mundo lo lee? Sí, el WhatsApp es la herramienta de tortura de muchos, y cuando veáis este tipo de comportamientos ya conocéis la etiqueta, una vez puede ser porque este liado, cientos, significa una constante. La hipocresía de los adultos que hablamos sin descanso del acoso en las aulas, del maltrato psicológico, pero luego criticamos a degüello al que sale de la sala o decimos "qué querrá está gilipollas" leyendo un mensaje o "a esta ni caso" cuando tras hacer las presentaciones se retira la señalada, todo esto nos define.
                Herramientas, para defenderse, para blindar nuestra mente de este tipo de ataques. Gente que tiene problemas, que en lugar de resolverlos, cargan contra otros, los hay y los habrá siempre.  


Mi hija dice, que el libro tiene un mensaje negativo, de desesperanza, no te fíes de nadie y la vida no es bonita.