Si la primera parte de esta trilogía me gustó he de decir que esta lo ha hecho mucho más. Una historia en la que la periodista Ana Martí vuelve a investigar para la revista en la que está trabajando, algo nada fácil siendo los años cincuenta y, para colmo, mujer. Me encanta la persistencia del personaje, la fuerza que tiene y, también, sus miedos, es alguien muy humano. La historia está muy muy bien y esconde muchas cosas aparte de a una niña “santa” en un pueblo que se queda aislado cuando nieva. No puedo más que recomendarlo.
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