Me ha parecido una novela de lo más intrigante, me ha gustado mucho porque te mantiene en tensión y con ganas de seguir avanzando para ver como se resuelve el caso. En esta ocasión nuestro protagonista será Robert Garland quien es un inspector de policía que lleva a su espalda muchos casos resueltos, lo que le ha dado una gran fama y el reconocimiento que se merece. La única espina que tiene pendiente el inspector y con la cual sigue obsesionado es con un caso que llevó hace quince años y que pese a estar cerrado él piensa que algo no cuadra. Esto ha hecho que la relación tanto con su mujer como con sus dos hijas adolescentes se enfríe y no está nada bien, después de tanto tiempo decide que va a dar carpetazo a dicho caso e intentar recuperar a su familia, volver a pasar más tiempo con ellas. Pero de pronto un hombre aparecerá en la cornisa de un edificio con la intención de suicidarse si no le hacen caso, lo único que pide es hablar personalmente con Robert. Dadas las circunstancias nuestro protagonista no se puede negar y acude al edificio. Cuando consigue hablar con el suicida empera una cuenta atrás en la que iremos descubriendo que todo lo que está pasando puede tener relación con el caso que tiene obsesionado al inspector, aunque también puede que sea su obsesión quien le esté llevando a intentar forzar las pruebas y sus conclusiones para encontrar la respuesta que está buscando para cerrar el antiguo caso. Lo que sí tiene claro Robert es que tiene que volver a escoger entre su trabajo o su familia. + Leer más |